Páginas

sábado, octubre 29, 2016

Via del Sale, por los Alpes en BTT


Via del Sale, grandiosos recuerdos!!
Animado una vez más por una idea de Angel Morales, la idea de coger la BTT para subir algunos puertos de montaña en los Alpes, resultaba una idea de lo más sugerente. Angel nos habló de la Via del Sale, una impresionante ruta en los Alpes que era un paso comercial por donde históricamente se transportaba la sal desde el mar hacia el interior (de ahí el nombre de la ruta).

Una cosa fue llevando a la otra y la Via del Sale, que se puede hacer en dos días incluyendo dos subidas incluidas en el reto BIG (Colle di Tenda y Colle Garezzo), se fue ampliando primero con un día previo para subir al Col de Sommelier (un casi 3.000 muy apetitoso para los cazapuertos) y luego con otro día para subir al Col du Parpaillon (el túnel más alto de los Alpes), que aunque yo ya lo tenía, mis colegas no.

El tema es que se planteaban 4 días intensísimos en los que íbamos a hacer un montón de kilómetros en coche y no tantos en bici (de montaña) pero nos serviría para sumar unos cuantos puertos a nuestra particular colección.

El grupo estaba compuesto por gente muy diversa, de muy diferentes niveles ciclistas y características, pero todos unidos por la pasión por la bici, la montaña y el reto BIG. Curiosamente ninguno especialmente metido en la bicicleta de montaña, todos más bien de carretera. Colaboradores de la revista Ziklo como Angel, Rubén, o yo mismo, grandes escaladores con curriculums prestigiosos como Luis Miguel, Xavi Odena, Roger, Adrià u Oriol, nuevos compañeros de subidas apasionados del BIG como Bernat y Linele, e incluso nuevas incorporaciones al mundo de la bicicleta como Neus. En total, el día más numeroso fuimos hasta 11 personas. Si hay algo más hermoso que disfrutar de estos paisajes y subidas es compartirlo con gente como tú.

Salimos de Barcelona un jueves para hacer hasta Embrún, a unos 650 kilómetros y 7 horas de distancia de Barcelona. Madrugón para poder llegar sobre el mediodía y tras una rápida comida, manos a la obra, directos a Parpaillon para hacer un subir y bajar, sin tiempo para hacer la preciosa ruta circular (bajando hacia Jausiers) que había hecho hace 5 años cuando lo subí por primera vez.

Lógicamente cuando uno se dispone a subir a más de 2600 metros en los Alpes después del mediodía el tiempo preocupa, puesto que la climatología en la alta montaña siempre puede complicarse, pero en esta ocasión tuvimos la fortuna de que jugó a nuestro favor y pudimos escalar y coronar Parpaillon con un sol espléndido.
Perfil del Parpaillon sacado de uno de los míticos libros de Altigraph
Quede claro (como se ve en el perfil) que únicamente los primeros 6 kilómetros de la subida están asfaltados, de un total de 17. El estado de la pista del Parpaillon es regular. Perfectamente ciclable con la BTT, pero dudo que con una flaca o incluso con una gravel se pudiera coronar con éxito. En mi caso, le puse a la BTT (una anticualla de 26", buf) unos neumáticos más finitos para poder subir algo mejor, arrastrando menos, aunque luego en la bajada también se notaba bastante. Bajar estos puertos tan largos y tan empinados en BTT, con los frenos de disco en las últimas también tuvo su gracia.
En la entrada del Tunel de Parpaillon


El hecho de que ya conociera Parpaillon me hizo mucho más llevadera la subida. Cruzar el túnel es una aventura que yo en este caso dejé para mis compañeros, especialmente porque un grupo de todoterrenos alemanes cruzaban el túnel en esos momentos. Una verdadera lástima que ese momento mágico en la cima de una subida como ésta tuviera como banda sonora el ruido de los motores de los 4x4.

Después de coronar, el trabajo aún no estaba hecho puesto que debíamos coger de nuevo el coche y conducir 80 km hasta Bardonecchia (ya en Italia), donde teníamos hotel reservado para empezar el día siguiente nuestro segundo reto, el Col de Sommeiller.

A punto de salir de Bardonecchia dirección Sommelier
El estado de  la pista del Sommeiler, en la frontera de lo ciclable
A los cuatro locos de las cumbres procedentes de Barcelona (Lina, Luis Miguel, Bernat y yo mismo) que hicimos Parpaillon , se nos juntaron 2 catalanes más (Xavi y Roger) y un vasco (Rubén), incluso un francés (François), para acometer un verdadero coloso como Sommeiller, con 1680 metros de desnivel. Los números puede que no impresionen demasiado: 26 km a una media del 6,5% pero es una de esas subidas que no se olvidan, con más de 20 kilómetros sin asfaltar. La pista se va deteriorando más y más, y al llegar a los últimos kilómetros las piedras hacen difícil que uno mantenga la bici derecha. En la foto podéis ver el estado de la pista los últimos kilómetros. Incluso con la BTT es complicado, doy por imposible subir con la de carretera.

Colle Sommeiller, 2991, paisaje lunar, alucinante
Sommeiller, a casi 3000 metros es una de esas subidas alpinas que uno quiere tener en su curriculum. 4 horas 50 minutos para hacer 53 km, una velocidad media de 11,1 km/hora. Creo que eso dice casi todo de la dureza de esta subida. Incluso la bajada a Bardonecchia de nuevo se hace pesada por esa pista.
Perfil de Sommeiller de la mano de Angel
Impresionante paisaje alpino camino de Sommeiller
 Y bien, con Sommeiller en el zurrón, aún nos quedan 230 kilómetros en coche hasta La Brigue, punto de encuentro con el resto de la compañía y principio de la Via del Sale propiamente. Aún no hemos iniciado el fin de semana y ya tenemos dos puertazos en la mochila. Buen principio.

Perfil de los dos días por la Vía del Sale
En La Brigue (de nuevo en Francia) nos reunimos todo el grupo (llegan el maestro Angel, Adrià, Oriol y Neus) y analizamos el recorrido que nos espera los dos días siguientes. Se trata de un recorrido circular de 142 kilómetros, pero vamos a tener que llevar mochila puesto que dormiremos en Pieve di Teco, aproximadamente a los 90 kilómetros. Peso y dificultades adicionales a una ruta ya exigente de por sí. Pero también experiencias nuevas muy enriquecedoras.
Foto de grupo en lo alto del colle di Tenda
Como podéis ver en el perfil vamos a ascender de entrada el Colle di Tenda, que corona a 1870 metros. El túnel del Col di Tenda es uno de los múltiples pasos alpinos entre Francia e Italia, con un túnel estrecho que sólo permite un sentido de circulación. Este paso alterno hace que cruzarlo sea muy lento y que siempre haya numeroso tráfico, sea esperando o sea cruzando.
Bueno, esto no son malas vistas precisamente
Como curiosidad, indicar que la vertiente italiana del Col di Tenda (por Limone Piemonte) está perfectamente asfaltada, y en el Giro 2005 finalizó la 17ª etapa (Varazze-Limone Piemonte), con la victoria de Ivan Basso. Dato que puede resultar interesante para aquellos que quieran añadir Col di Tenda a su curriculum sin tener que ensuciar de polvo su bicicleta.

En el otro lado del Valle los impresionantes "tornanti" del Col di Tenda
Pero Col di Tenda es mucho más duro e interesante por su vertiente francesa. Tiene una de esas vistas impresionantes de curvas zigzagueantes que uno retiene en su memoria en cuanto ve una foto. Desde La Brigue hasta el mismo túnel, la carretera tiene bastante tráfico, y es justo cuando estamos a punto de llegar al túnel cuando cogemos una carreterita estrecha que va a ir subiendo a base de curvas de herradura (muchísimas!) hasta que el asfalto termina y las curvas se van haciendo más amplias. El tráfico, desde el desvío cerca del túnel, es nulo, y podemos disfrutar de una vistas impresionantes de lo que vamos dejando atrás (abajo) y de lo que tenemos en frente, con la presencia intimidatoria de una de las antiguas fortificaciones que controlaba el tráfico de sal. No será hasta mucho después cuando podamos ver desde la otra vertiente el panorama impresionante de las curvas de herradura. Momento de disfrutar y de tomar fotos un buen rato!  Afortunadamente las fotos no reflejan la grandiosidad del paisaje, y para poder disfrutar de estas vistas impresionantes deberéis hacer este viaje...
Esto es la Via del Sale
Ahí en la cima de Colle di Tenda es justo donde empieza propiamente la Via del Sale, que se caracteriza por esa cornisa ciclable a más de 2100 metros. Fantástica. La Via del Sale se ha convertido en una ruta muy popular para los Beteteros, moteros y excursionistas, perfectamente señalizada. Las vistas durante todo el trayecto son impresionantes. Estamos en un balcón a 2100 metros de altitud, hoy entre las nubes, y sólo de vez en cuando podemos gozar al 100% de las vistas. Sin embargo nadie se queja, es un día de esos de disfrutar, incluso de parar a reponer fuerzas mientras se estiran esos momentos mágicos en los Alpes.
Paso por las antiguas fortificaciones abandonadas
Después de un larguísimo descenso llegamos a Pieve di Teco, donde nos ganamos un merecido descanso... de nuevo en Italia.

Y nos despertamos el domingo tempranito ya listos para el regreso hacia La Brigue via Colle Garezzo, cuyo principio (asfaltado y larguísimo) se cobra algunas víctimas y se hace durísimo para casi todos. A partir del momento que empieza el sterrato las cosas se complican más todavía: el cansancio se va acumulando y cuando coronamos Colle Garezzo ya hay ganas de bajar por asfalto y llegar a destino.
Tunel en la cima del colle Garezzo
El descenso hacia La Brigue, de nuevo por pistas sin asfaltar en estado mediocre, provoca la caída de Roger y el pánico para los menos acostumbrados a la BTT. La doble suspensión y la rueda de 29 ayuda a los más beteteros, mientras yo hago lo que puedo sin freno de disco trasero (igual que Roger!) y con la rueda fina. Solamente al final pisamos el añorado asfalto y ya podemos rodar con una cierta tranquilidad.

Es domingo mediodía y nos quedan 750 kilómetros y 7 horas y media para llegar a Barcelona, más en el caso de Rubén para llegar al País Vasco. Esto es un fin de semana bien aprovechado. Los que andamos algunas veces con Angel ya sabemos qué es viajar con él. Gracias de nuevo Angel por una experiencia inolvidable.

domingo, junio 19, 2016

Gravel, la revolución que viene

Gravel, la revolución que viene
(Publicado en el número 10 de la revista Ziklo)
La industria de la bicicleta está en permanente evolución. Las novedades van surgiendo de tal forma que el mercado no es capaz de asimilar todo lo que va surgiendo, y únicamente aquellas novedades que se convierten en imprescindibles se mantienen en el mercado. Yo creo que con las bicicletas de gravel estamos ante uno de esos fenómenos. Algo que llega al universo de la bicicleta para quedarse.

Ziklo es una revista de ciclismo de carretera, pero como ya hemos insinuado varias veces, es una revista para amantes del ciclismo, y a la vez gente inquieta con ganas de experimentar nuevas sensaciones. Imaginad poder multiplicar las opciones de rutas por descubrir incluso al lado de casa.

Las bicicletas de gravel me resultaban muy sugerentes pero no había tenido oportunidad de probarlas. Conceptualmente, el hecho de poder ampliar nuestra red habitual de carreteras con las pistas de tierra es muy atractivo y abre todo un mundo de posibilidades. Todo ello con el mismo tipo de manillar que en la carretera, con unas cubiertas más anchas, sin la suspensión delantera y con los frenos de disco. Básicamente se trata del mismo concepto que el ciclocross, sólo que el ciclocross yo lo relaciono con la competición y el gravel lo asocio con menos competición y más disfrute. Competición significa también más control sobre el material, límites a los anchos de cubierta, manillares, etc. Las bicicletas de gravel ofrecen múltiples posibilidades en cuanto a material. Además, por supuesto, vienen preparadas para poder llevar alforjas y poder así convertir una salida en bicicleta en un viaje de aventura con todo el equipaje necesario.

Viviendo en Barcelona, la bici de gravel me parece una gran oportunidad de huir del tráfico de una gran ciudad, con una gran red de pistas ciclables especialmente en Collserola, la sierra montañosa que delimita Barcelona. Por cierto que últimamente nuestros políticos quieren limitar las actividades deportivas de gran formato en este pulmón barcelonés. Collserola tiene una infinidad de pistas no asfaltadas que ofrecen innumerables opciónes al ciclista de BTT y ahora también al ciclista de gravel.

Precisamente estaba yo planteándome las bondades de las bicis gravel, cuando surgió la invitación del Sportful Gravel day, una jornada de reencuentro con los amigos de Sportful, en la que también íbamos a poder probar algunas prendas de su ya mítica gama Fiandre, especialmente adecuada para los días lluviosos de primavera.

A partir de ahí contactamos con Finna Barcelona para poder probar una de sus preciosas Finna Landscape. Una bicicleta que no tiene nada que envidiar a una flaca, con un manillar de carretera de forma curiosa. Se nota que Finna Barcelona procede de la generación de las bicicletas urbanas y las fixies, donde la estética prima, y de qué manera. Yo no tengo demasiados conocimientos técnicos, no os hablaré de detalles que no conozco en profundidad y que podría copiar de un catálogo. Sólo os diré que la bici que Finna Barcelona nos ofreció esteticamente es una preciosidad como podéis ver en las fotos, manillar exageradamente abierto que le da un aire diferente. Su cuadro de acero aleado con Cromo y Molibdeno está especialmente diseñado para soportar altas cargas de peso. En estos tiempos en que reina el carbono estos cuadros ya no son muy frecuentes, pero aquí tiene todo su sentido. Un peso total de poco más de 11 kg que no está nada mal.

Y una vez en el ajo, ¿qué tal se comporta la bici? Bueno, os puedo decir que en el recorrido de poco más de 60 km que nos montó Sportful, descubrí que el gravel se trataba de ir por pista no asfaltada con rueda más gorda a la misma velocidad que con la bicicleta de carretera! Bromas aparte, hay que decir que efectivamente un neumático más grueso no penaliza en exceso el rendimiento. Si uno compara los tiempos hechos con la gravel respecto a la de carretera, son muy similares. Por tanto eso son muy buenas noticias.

Barcelona al fondo
Puesto que el recorrido que hicimos era básicamente llano, quise probar la Finna Landscape en un terreno más abrupto y la sometí a más presión en Collserola. Subidas pronunciadas, bajadas técnicas, alguna trialera y el resultado fue espectacular. En ningún momento eché en falta la suspensión delantera. La horquilla rígida se lo tragaba todo y la bici se comportaba como una campeona. Mucho mas cómoda, eso sí, en las pistas anchas, donde uno se puede agarrar a la parte inferior del manillar, aunque la posición natural en este tipo de bicis sería en las manetas, con los frenos siempre cerca, que en pista no asfaltada nunca se sabe lo que te puedes encontrar. Hablando de los frenos, lógicamente el freno de disco tiene un rendimiento espectacular cuando estás acostumbrado al freno de pastilla en la carretera. Después de la ya famosa carta de Fran Ventoso y la suspensión de los frenos de disco en competición su implantación en la carretera será más lenta, pero a mi juicio acabará ganando. Si hablamos de frenar, no hay color.

En resumen, el gravel es una tendencia que creo que tiene mucho recorrido. Polivalencia, seguridad, estética, robustez, son algunas de sus armas. El tiempo nos dirá si finalmente gana la batalla.

lunes, marzo 28, 2016

Castillos Cátaros, viñedos... y Galamus

Cicloturismo Castillos Cataros
Chateau de Queribus (Foto Sergi Ros)
(Publicado en el n.9 de la revista Ziklo. Fotos: Sergi Ros de Mora (www.rosdemora.com

La zona norte de los Pirineos orientales es una zona relativamente poco conocida a nivel cicloturista. Desde luego mucho menos conocida que otras partes de los Pirineos centrales.

Personalmente es a final de temporada cuando suelo acercarme al Sur de Francia, principalmente a la región del Audé, a descubrir nuevas rutas y carreteras. Nunca me defrauda. Siempre encuentro carreteras solitarias, buen asfalto, mucho sol, a veces un poco de aire, viñedos y castillos. Francia es un paraíso para el cicloturista, y en especial esta zona que linda con Catalunya, una gran desconocida para muchos de nosotros, precisamente por su proximidad. Es sitio de paso en nuestros viajes para los Alpes, e incluso para ir al Ventoux, pero muy pocas veces es el destino de nuestras salidas en sí mismo.

Y sin embargo tiene mucho que ofrecer. Este artículo simplemente pretende ofrecer algunas pinceladas, algunas pistas, de todo lo que se puede visitar, y que resulta muy interesante a nivel cultural y a nivel también ciclista.

Cicloturismo Castillos Cátaros
Chateau du Peyrepertouse (Foto Sergi Ros)
Los Castillos Cátaros han sido siempre motivo de curiosidad para mí. Empezando por el más lejano Castillo de Montségur, que se alza en la cima de una roca llamada Pog, a 1207 metros de altitud. Montségur es el más importante de los castillos cátaros y el lugar mítico donde el año 1244 murieron 255 cátaros que se refugiaban allí y que prefirieron morir quemados antes que abjurar de sus creencias. La subida a Montsegur se puede hacer por la vertiente este (por Fougax-et-Barrineuf ) o por la vertiente noroeste (Montferrier), ambas muy interesantes, con la imponente presencia de la roca Pog que parece inaccesible.

Ver los Castillos Cátaros (y no cátaros) en lo alto de peñascos imposibles es una constante en la zona de Maury. Uno junto a otro, es muy facil diseñar una etapa en la que subamos todos ellos. Peyrepertouse, Puilaurens y Queribus, todos muy próximos entre sí, son castillos espectaculares que todavía impresionan más cuando uno sube las durisimas rampas que llevan hacia ellos. Peyrepertouse, a 800 metros de altitud, es el castillo más espectacular con dos fortificaciones unidas por unos restos de piedras y malezas, se extiende mas de 300 metros de longitud. Los acantilados que protegen el castillo son impresionantes. Muy cerca se encuentra el castillo de Queribus, también con terribles rampas para acceder a él. Sus orígenes se remontan al S XI. Queribus fue frontera entre los reinos de Francia y de Aragón, y punto estratégico de control de la zona. El Castillo es muy visible, a lo lejos, desde la carretera D-117 y está perfectamente mimetizado con el entorno y en lo alto de un peñón, a 730 metros de altitud. El castillo de Puilaurens se sitúa a 697 metros de altitud en la cima del Monte Ardu. La subida al castillo son 3,5 km a una media del 5%, pero en dos fases muy diferenciadas. La primera muy suave, bordeando la montaña, y la segunda se empina de verdad en claro ascenso hacia la zona de aparcamiento, desde donde se puede subir al castillo en aproximadamente media hora de caminata.

Dos castillos cátaros más, un poco más lejanos, completan los seis castillos cátaros más famosos. Se trata del Castillo de Puivert, éste sí a pie de carretera y que no supone un gran reto llegar hasta él. El otro castillo es el de Lastours, que en realidad se trata de un conjunto medieval con diversas constucciones anexas, cuatro castillos en concreto. Lastours, sin embargo, está un poco más distante, al norte de Carcassone (podeis consultar el mapa adjunto donde se sitúan los castillos cátaros más importantes).

Todas las ciudadelas y Castillos Cátaros
Como se puede apreciar en el mapa adjunto, existen muchos más castillos, ciudadelas y fortificaciones que forman parte de la historia de los cátaros (los “hombres buenos”). En mi penúltima visita a la zona visité el interesante y hasta entonces desconocido para mí Chateaux d'Aguilar, muy cerca de Tuchan, y de paso subir uno de los monstruos de la zona. Una de esas típicas carreteras que nos gustan tanto, con rampas durísimas y que conducen a una antena. No hay mucho más. Se trata del Mont Tauch. Tremenda subida hasta los 900 metros después de 8 kilómetros a un 9% de desnivel medio, con rampas máximas que llegan al 20%. Tremendo, para amantes de las emociones fuertes. Y con un asfalto bastante deteriorado que notamos especialmente de regreso a Tuchan. Personalmente, y a pesar de bajar muy despacio, pinché en la bajada de esa carretera inhóspita... Se me ocurrió pensar que como pellizcase la cámara me esperaba una buena caminata hasta encontrar algún rastro de civilización...

Obviamente, la visita a Carcassone (capital del Departamento del Aude) es obligada si nos estamos moviendo por la zona. La ciudadela medieval de Carcassone y sus callejuelas son un verdadero regalo para aquellos que disfrutan de la historia medieval o simplemente para quienes saben apreciar la belleza antigua. Con sus 26 torres y sus dos murallas que suman más de 3 kilómetros de longitud, la Ciudad (Cité) medieval de Carcassone fue declarada Patrimonio dela Humanidad por la UNESCO en el año 1997. Está catalogada como Grand site national, y su castillo y murallas como Monumento histórico por el estado francés, siendo uno de los centros turísticos más visitados de Francia.

Existe otro pueblo que es realmente curioso de visitar, muy cerca de Quillan. Se trata de Rennes le Chateaux. Este pequeño pueblo ha recibido gran cantidad de turismo, asociado casi siempre a lo paranormal y lo esotérico, debido a una leyenda moderna sobre el antiguo párroco Bérenger Saunière. Gracias al éxito del libro de Dan Brown El código da Vinci, ese interés no ha hecho sino aumentar ya que el argumento de esta novela tiene numerosas conexiones con la leyenda del párroco de Rennes. La leyenda cuenta que el párroco Bérenger Saunière (1852-1917) habría encontrado un tesoro secreto en uno de los pilares del altar de la iglesia mientras llevaba a cabo una reforma de la misma. Al mismo tiempo que el cura descubrió el secreto oculto en la iglesia, su nivel de vida se disparó, y financió una serie de peculiares construcciones en el pueblo, tales como la Torre Magdala -dedicada a María Magdalena-, así como la reconstrucción de la iglesia parroquial.

Ya véis que las posibilidades turísticas son múltiples, pero también las posiblicidades cicloturistas. Acercarnos a Carcassone ofrece la posibilidad de intentar la dura subida al Pic de Nore (de 1200 metros de altitud, e incluida en el reto BIG). Subida dura con una antena de televisión en la cima, visible desde muchos kilómetros alrededor. Por su vertiente sur son 25,5 kilómetros, nada despreciable. Desde luego vale la pena, y tambien su cara norte que empieza en Mazamet, localidad natal de Laurant Jalabert. En la aproximación sur del Pic de Nore se halla la Cueva de Cabrespine, otro lugar en el que merece la pena detenerse.

Otro puerto muy interesante en la zona es Mont Sant Louis. Cómo no, fue Angel Morales quien me descubrió este curioso puerto, no exento de dureza, pero característico por su nudo de corbata (una curva de 270 grados con un pequeño túnel). Incluir Mont Sant Louis en el recorrido que hagamos por la zona de l'Aude nos garantiza unas vistas magníficas sobre la montaña rocosa llamada Pech de Bugarach. Espectacular.

Cicloturismo Gorges de Galamus
Gorges de Galamus, impresionante (Foto Sergi Ros)
Pero si tengo que quedarme con un sólo sitio de toda esta zona yo elijo las Gorges de Galamus. Se trata de la carretera que va de Sain Paul de Fenouillet y Cubieres sur Cinoble. Un desfiladero impresionante, fruto del trabajo erosivo del río Agly. Un trozo de carretera de apenas dos kilómetros escarbado en la montaña, con el río al lado, allí abajo. No me extenderé demasiado en explicar la sensación cuando uno circula por las Gorges de Galamus. Simplemente observad las fotos de Sergi y disfrutad. O todavía mejor, acercaros a conocerlas en primera persona.

De momento ya hemos localizado unos cuantos destinos interesantes. No sólo a nivel cultural sino también cicloturista, puesto que como decía antes, todos los castillos cátaros sin excepción se hallan estratégicamente ubicados en la cima de una escarpada colina.

A partir de todos estos mimbres hay que fabricar un buen cesto. Como cualquier viaje, una parte importante del mismo es la preparación. Situar en el mapa exactamente los principales puntos que queremos visitar, unirlos entre sí, confeccionar una etapa con el kilometraje que consideremos oportuno. Para mí ese momento de hacer la ruta, contar los kilometros, meter los puertos, es un momento mágico, lo disfruto al máximo. El único problema es que en muchas ocasiones quiero meter demasiadas cosas en una sola etapa y se me va de kilómetros o de dureza...


Aquí os propongo mi ruta. No es posible hacer todo lo que he citado de una sola vez. En esta etapa que os propongo, en 145 kilómetros he intentado incluir unos cuantos Castillos Cátaros, Mont Sant Louis y, sobre todo, las Gorges de Galamus, espectaculares. Solamente echad un vistazo a las fotos y seguro que mas pronto que tarde os decidiréis a visitar todas estas maravillas.

A disfrutar!!