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viernes, diciembre 26, 2008

Este es el cielo del pirata


(Publicado en la revista Pedalier)

Permitidme que os proponga un nuevo destino para vuestras vacaciones cicloturistas.
Os presentaré un destino donde podréis disfrutar de la dureza de las montañas, y también de kilómetros y kilómetros de llano. De la proximidad del mar. De la memoria ciclista. También de la belleza de su paisaje. Y de la buena comida. Incluso de su proximidad a España.

Es Emilia Romagna, un destino muy recomendable. Está bien comunicado y no muy lejos. Desde Barcelona, por ejemplo, se puede volar a Bologna, a poco más de una hora de Rimini. Y con Ryanair se puede volar incluso más cerca, a Forli. En esta región de la costa adriática podemos encontrar también poblaciones como Riccione o Cesenático, la localidad natal de Marco Pantani.

Si hablamos de Pantani, dejemos los prejuicios a un lado. Marco era un ciclista especial, capaz de escribir un poema, capaz de cantar o capaz de erigirse en representante de todos los corredores del pelotón profesional. Y en lo ciclista, ya lo recordáis todos: probablemente el mejor escalador de la historia, un corredor capaz de atacar de lejos, capaz de irse sólo. Y hundirse sólo. La identificación del gran público con Pantani se debe a ese carácter valiente y agresivo. Y si pensamos que Italia no había tenido un ganador de Tour de desde 1965 con Felice Gimondi (33 años hasta la victoria del Pirata en el Tour de 1998), encontraremos la fórmula perfecta para el encumbramiento de este gran ciclista.

Su declive se inció en Madonna di Campiglio, en el Giro de 1999, un Giro espectacular de Pantani hasta el momento en que una anomalía en los valores de su sangre le obligaron a abandonar la carrera. Desde entonces su carrera cayó en picado, sólo con apariciones fugaces pero estelares (Tour del 2000), mientras salía indemne de sus problemas con la justicia. Su entorno siempre habló de un complot.

Emilia Romagna es una región con mucha tradición ciclista, aunque por lo visto es una región con todavía mayor tradición motociclista. El gran Valentino Rossi, “Il Dottore”, es de Tavullia (a sólo 30 km de Rimini) y el actual campeón del mundo de 250 cc Marco Simoncelli vive en Coriano, otra localidad muy próxima a Riccione. Por no hablar del circuito de Imola, muy cercano en el camino a Bolonia.

Pero es también una zona vacacional que provoca numerosas depresiones entre sus habitantes en la época invernal. ¿Os podéis imaginar una zona turística de verano totalmente despoblada con el frío? No es de extrañar que Pantani fuera un tipo depresivo. Las malas influencias y la justicia italiana hicieron el resto.

Cesenatico es un lugar de obligada visita a los amantes de la bicicleta. Un pueblo costero con gran tradición marinera y un museo marítimo. Es recomendable emplear una mañana en visitar todos los recuerdos de Pantani. Visitar su museo multimedia e incluso el vecino cementerio donde están sus restos. Y luego acercarse a ver el monumento, cerca de la playa, que le recuerda. Mientras, podéis comprar la típica piedina en un kiosko a pie de calle y saborearla mientras veis los barcos que fondean en los canales. No resultará difícil entender el mote con el que se le conocía: El Pirata.

Pero Emilia Romagna no es solo Cesenatico. En Riccione, localidad también costera muy cerca de Rimini, existe una rica oferta de hoteles y servicios relacionados con el cicloturismo (http://www.riccionebikehotels.it/ ). Allí podréis alquilar una bicicleta del nivel que os podáis permitir, y recorrer cualquiera de los numerosos recorridos cicloturistas que tienen preparados para el visitante.

Si preferís algo más competitivo, podéis hacer coincidir vuestra visita con una de las cicloturistas más multitudinarias de Italia: La Granfondo Nove Colli es uno de los eventos más conocidos en el panorama cicloturista italiano. En 2009 se celebrará el día 24 de Mayo y su recorrido de 200 kilómetros tiene más de 3.800 metros de desnivel. Incluso hay otras ofertas de cicloturistas que pueden resultar muy interesantes: este año 2008 se ha celebrado la primera edición de una nueva Granfondo llamada Pantanissima (el día 7 de Septiembre).

Uno de los recorridos más duros y preciosos es el que pude hacer cuando estuve allí, que incluye las ascensiones al Monte Carpegna y al Principado de San Marino, ambas subidas ligadas al pasado del Giro d’Italia, y ambas también pertenecientes al desafío BIG.

En un bucle de 88 kilómetros, que nosotros hicimos con salida y llegada en Mercatino Conca, podemos subir a esas dos interesantes subidas y disfrutar especialmente de la durísma ascensión a Monte Carpegna, en la que uno está permanentemente recordando a Pantani y a otros grandes ciclistas que subieron esas rampas como Fuente o Merckx. Especialmente emocionante para mí es leer durante la subida “Este es el cielo del Pirata” y coronar con su imagen un día victorioso. La subida tiene todos los alicientes, puesto que tiene zonas de bosque muy cerrado que en pleno otoño nos ofrecía paisajes indescriptibles, con un lecho de hojas por carretera. Las fotos de Luigi (perfecto cicerone toda la jornada, junto con Bortolo) dan testimonio de ello.

Y San Marino es mucho más que un destino turístico. A nivel cicloturista tiene el aliciente de una dura rampa al 18% en su vertiente de Torello y Acquaviva, donde suele acabar la Coppa Placci. Y también hay que decir que San Marino es un destino recurrente en el Giro d’Italia. Las últimas ocasiones en las que el Giro ha llegado allí son la cronoescalada de 1997 (con victoria de Pavel Tonkov) y la etapa del 1998 en la que triunfó Andrea Noé y Marco Pantani llegó segundo haciendo una de las demostraciones habituales en él ese año. Y este mismo año el Giro volvió a pasar por allí en la misma etapa del Carpegna.

Son los dominios de uno de los ciclistas más populares que ha dado el ciclismo italiano. Su muerte a una edad tan temprana (sólo 34 años) lo ha convertido en un mito que a nivel popular sólo podemos comparar con Fausto Coppi.

No dejéis de comprobar que Marco, allí, sigue vivo en la memoria de la gente. Por siempre.

viernes, diciembre 12, 2008

Lugares donde recordar a Pantani

(Artículo publicado en el n.26 de la revista Pedalier)
 
Monumento a Marco Pantani en Cesenatico

“A Marco Pantani, un gran campeón, víctima de la justicia italiana. Un gran hombre, bueno y generoso que siempre perdonó a todos. Estarás siempre en nuestro corazón con tu sonrisa. Te recordaremos siempre así. Cesenatico, 28 de Mayo de 2005.”
Una preciosa estatua con esa emotiva inscripción recuerda a Pantani levantado sobre su sillín, escalando como en él era costumbre. Cerca de la playa podemos encontrar este monumento que nos presentaba Jon en el pasado número de Pedalier.
Spazio Marco Pantani

Abierto en 2006, se trata de un museo multimedia donde la familia ha concentrado gran parte de sus recuerdos. Desde los más ligados a su carrera ciclista (trofeos, maillots…), hasta otros como la moto que Marco solía conducir. Numerosos recortes de prensa perfectamente encuadernados y los videos de sus etapas más memorables podrían hacer que uno pasara allí horas y horas. Además, no es difícil encontrar allí a su entrenador en la época de amateur o alguno de sus familiares, con los que poder charlar un rato.
Cabe decir que los ingresos de este museo se dedican a la Fundación Marco Pantani.
Cementerio de Cesenatico

Más de 50.000 visitantes al año llegan para rendir homenaje al gran Marco Pantani al lugar donde fue enterrado. Un gran panteón familiar con una rueda de bicicleta en lo más alto recibe a sus múltipes visitantes. El libro-recordatorio donde sus seguidores anotan su testimonio es una emocionante muestra del sentimiento de los aficionados que se acercan hasta allí. Fotos enmarcadas y dedicadas, placas y objetos diversos se amontonan en el panteón. 
Sede de la empresa Mercatone Uno, en Imola.



Una gran esfera con la imagen del Pirata capta la atención de todos los automovilistas que van de Bolonia hacia la costa adriática. Es la sede de la empresa de supermercados que patrocinó a Pantani en la segunda fase de su carrera deportiva (después de su paso por el equipo Carrera). Manuela Ronchi fue su manager, y Mercatone el gran mecenas de este ciclista singular, que sigue recordando de esta manera a su gran icono.
Residence Le Rose

Es un hotel entre tantos en el paseo marítimo de Rimini, la localidad costera que se halla a sólo unos pocos kilómetros de Cesenático. El dia de San Valentin de 2004, en el apartamento 5B se encontró muerto a Marco Pantani. Si es cierto que no existen lugares adecuados para morir, no es menos cierto que hay sitios inoportunos. Este hotel de costa sin duda lo fue.
Los Dos Alpes


Un monumento en la cima de los Dos Alpes recuerda a Marco en un lugar ligado a una de sus más recordadas hazañas ciclistas, cuando en el Tour de 1998 ascendiendo el Galibier en un día frío y lluvioso dejó tirado al entonces líder Jan Ullrich contra todo pronóstico. Finalmente venció en Los Dos Alpes sentenciando el Tour.
La Fauniera

Próximamente esta mítica cima italiana, muy cerca de la frontera con Francia, cambiará su nombre por el de Monte Pantani. Será la primera vez que un ciclista de nombre a una montaña de forma permanente. El monumento que le fue erigido hace un par de años fue objeto de una acción vandálica hace un tiempo. Penoso.
Mortirolo.


También en una de las subidas más duras de Italia existe un monumento en homenaje a Pantani. En la vertiente de Mazzo in Valtellina se inauguró una escultura singular, objeto de peregrinaje por parte de los “cicloamatori”.
Monte Carpegna 

Una entrevista a Pantani convirtió en mítico al Carpegna:
“El Carpegna me basta.
No tengo necesidad, antes de un Giro o un Tour,
de probar una a una, todas las grandes subidas.
El Carpegna me basta.
Desde Coppi, es una subida que ha hecho la historia del ciclismo
y alguna que otra vez, el Giro ha pasado.
Yo ni cuento las veces que la he hecho entrenando.
Diréis que soy un tradicionalista.
Quizás sí.
Siempre entrenando en las mismas carreteras de casa.
Siempre con el mismo desarrollo.
El mismo que llevo en carrera.
Siempre sin bidón.
Porque me bastan las cuatro fuentes que sé yo dónde están.
Una en el mismo Carpegna”
Il Carpegna mi basta!
Esta frase pintada en el suelo con la firma del Pirata es el homenaje permanente a Pantani durante toda la subida al Monte Carpegna.
Esas palabras se han covertido en la leyenda que simboliza la identificación de un pueblo y una montaña con un ciclista. Y a la vez, es su principal reclamo publicitario (www.ilcarpegnamibasta.it ). Estas breves frases de Marco uno las encuentra enmarcadas en su museo, y también a pocos metros del Cippo Carpegna.
Uno empieza a subir el primer “strappo” ya con la piel de gallina, al leer la frase y ver la firma del Pirata, pero esto no es nada comparado con lo que encontraremos más adelante.
Tras un cruce aparece a nuestra derecha un cartel que indica “lo Strappo Fuente” con la indicación exacta de su longitud y su desnivel: 350 metros al 16%, poco después la “Salita al Cippo Pantani”, con 1,25 km al 7,5% y una imagen de la portada de un periódico deportivo de 1973 que recuerda la victoria de José Manuel Fuente en la subida a este puerto durante el Giro d’Italia (les perdonaremos que hayan confundido la foto y no sea Fuente, sino Hinault!).
Mientras, cada curva contiene una leyenda que pone los pelos de punta, con las frases que escribió Pantani y otras aún más estremecedoras: “Marco, si sente solo il tuo respiro” y en una dura curva de herradura, sólo con el cielo de fondo, se puede leer “Questo e il cielo del Pirata”.

Unos metros más tarde llegamos al Cippo Carpegna, donde hay una bonita escultura en alambre dedicada a Pantani. Unos metros más adelante, una barrera impide continuar a los coches y disfrutar de la “Fuga Merckx”, un tramo de 2 kilómetros al 12%. Poco después, la reproducción de otro periódico nos da idea de la pasión con que se vivió la subida en el Giro de 1974: “Un’acquila sull monte Carpegna” refiriéndose a Eddy Merckx, al que se ve en la imagen con Battaglin a rueda.
El Giro pasó por allí, como hemos visto, los años 1973 y 1974 y no ha sido hasta este año 2008 en que el Giro ha vuelto a pasar, 34 años más tarde, por el Monte Carpegna. En este caso en mitad de la etapa 11ª, Urbania-Cesena, en la que también se subía a San Marino. Se saldó sin grandes ataques con la victoria de Bertolini y el segundo lugar de Lastras.
La subida continúa hasta completar los 5,1 kilómetros a una media del 10,6%, llegando a los 1.415 metros de altitud. Y allí la reproducción de una enorme fotografía con la imagen triunfadora de Pantani con la bandera de Italia de fondo y debajo, de nuevo, la inscripción “Questo é il cielo del Pirata”. Es el lugar definitivo donde hacer la última foto.

Incluso bajando, detrás de cada curva se esconde un recuerdo. El Carpegna es un verdadero museo al aire libre. Probablemente no encontraréis otra subida con tantos recuerdos ciclistas como esta.