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miércoles, febrero 08, 2017

Mont Caro vuelve a la Volta

Mont Caro Volta a Catalunya, revista Ziklo
Zona de herraduras antes del Portell. Foto de Sergi Ros www.rosdemora.com
(Artículo publicao en el número 14 de la revista Ziklo

El Mont Caro es una de esas subidas que impresionan. Para su suerte o desgracia está ahí aislada en el sur de Catalunya, rozando la Comunidad Valenciana (provincia de Castellón) y Aragón (provincia de Teruel), en una zona muy montañosa pero con pocas carreteras. Para subirlo tienes que ir allí a propósito, subir y bajarlo por la misma carretera, e imposible de combinar con otras subidas. Un verdadero coloso. No se puede calificar de otra forma a una subida con casi 1500 metros de desnivel y casi 20 km de carretera ascendente.

Son este tipo de subidas las que nos apasionan a los locos de las cumbres. Manel Gómez y Miguel Bernabé son los padrinos del Mont Caro y fueron nuestros anfitriones en la visita de inspección a esta mítica ascensión. Los dos son personajes muy conocidos en los foros ciclistas, especialmente en el foro de Altimetrías APM y el reto CIMA, del que Miguel es máximo responsable (hay que agradecer siempre su dedicación permanente y desinteresada). Y Manel ha sido el primero en completar el reto CIMA, subiendo las 640 montañas incluidas en la lista. Personalmente, era un aliciente adicional conocerlos y compartir con ellos la subida al Caro.

Para los que os preguntéis qué es eso de apadrinar una subida, vale la pena explicar que con motivo del 25 aniversario del BIG (Brevet International du Grimpeur), esta organización inició el reto Ironbing consistente en subir 25 veces en un año una de las subidas incluidas en la Superlista de 1000 cumbres que deben subir sus miembros (más información en www.bigcycling.eu ). Apadrinar una subida se ha convertido en un reto para todos aquellos que tenemos una de esas subidas cerca de casa. Lógicamente, aquel que es padrino de una subida y la ha culminado 25 veces tiene un nivel avanzado de conocimiento del terreno, desniveles, vistas, estado del asfalto, condiciones meteorológicas que imperan en la zona, etc.

Precisamente las condiciones climáticas iban a marcar nuestro encuentro con el Mont Caro. Somos inmensamente afortunados de vivir en un país donde podemos practicar la bicicleta todo el año. No sólo eso, eligiendo un poco bien el día podemos subir cualquier carretera en cualquier mes del año. En nuestro caso subimos al Caro en Diciembre que normalmente es un mes frío pero seco, y algunas veces muy ventoso en la zona sur de Catalunya (Delta del Ebro). Efectivamente el viento y el frío nos hizo aplazar una primera cita, y en pocos días encontramos otro hueco en el que el tiempo, ahora ya sí, nos respetó y pudimos finalmente culminar nuestro objetivo.

El punto de encuentro del grupo fue Roquetes, la localidad tarraconense próxima a Tortosa donde se inicia propiamente la subida a Mont Caro. Allí se realizan las presentaciones de rigor. Es bonito conocer en persona a gente con la que has contactado desde hace años en el mundo virtual. Manel, Miguel, esposas, mi amigo Josep Maria, Sergi el fotógrafo, una breve presentación para enseguida ponernos manos a la obra, viendo a lo lejos el Massís dels Ports, impresionante, con una densa boina de niebla alrededor de las antenas del Monte Caro. El día, soleado pero frío, augura una gran jornada de cicloturismo como efectivamente luego comprobaremos.

Mont Caro Volta a Catalunya, revista Ziklo
Mont Caro, unas vistas espectaculares! Foto de Sergi Ros www.rosdemora.com
Para nosotros los catalanes fue una gran noticia cuando supimos que El Caro (rebautizado para la ocasión como Lo Port) había sido incluido en la próxima edición de la Volta Ciclista a Catalunya, en el mes de Marzo de 2017. Sorprendentemente sólo hasta la cota 1000, sin incluir los últimos durísimos cuatro kilómetros. Un poco menos decepcionante una vez visitamos el Caro y descubrimos las condiciones en las que se encuentra ese último tramo de la subida.

La misma Volta a Catalunya ya llegó a la cima del Mont Caro en dos ocasiones, años 1985 con la victoria del corredor de Kelme Alirio Chizabas, y 1991, con la victoria del también colombiano Lucho Herrera, en una edición que vió la victoria de Miguel Indurain en la clasificación general, en el año de su primer Tour de Francia.

El asfalto en la última parte, casi inexistente Foto de Sergi Ros www.rosdemora.com
La subida propiamente dicha podemos dividirla en 3 secciones perfectamente diferenciadas. La primera parte es una recta interminable desde Roquetes, el paso por el puente y un duro inicio que finaliza en la Font del Cargol (Fuente del Caracol) y la estatua de La cabra. Una segunda parte espectacular con unas curvas de herradura muy vistosas que acaba en el Portell (lugar donde finalizará la etapa de la vuelta a Catalunya) y la última sección es la que incluye un tramo llano y la dura y definitiva ascensión de 4 km a una media del 11%. Lamentablemente este último tramo se halla en unas condiciones muy deficientes. El asfalto estaba muy deteriorado, pero la reciente reparación que se ha llevado a cabo (diciembre 2016) unicamente ha consistido en una capa de gravilla que ha dejado la carretera en peores condiciones de las que estaba. Especialmente penoso (y peligroso) es el descenso de ese tramo con las ruedas finas y la gravilla, que obliga a parar casi completamente en cada curva de herradura.

Cada una de estas partes de la subida me las iban avanzando metro a metro Manel y Miguel, Miguel y Manel, tanto monta monta tanto. Uno de Amposta, el otro de Nonaspe, pero ambos profundos conocedores del Caro. Subir 25 veces en un año un coloso de este calibre no está al alcance de cualquier cicloturista. Ya no sólo por fuerzas sino también psicológicamente. Repetir tan a menudo un puerto con esta dureza te hace preguntarte a veces simplemente “¿Por qué?”. Pero finalmente subir un puerto acompañado por el padrino de la subida es un verdadero privilegio. No me alertaban únicamente de las pendientes que se aproximaban sino también del estado del asfalto, de la dirección e intensidad del aire que suele soplar, también de sus retos personales conseguidos en el Caro, como la vez que Manel lo subió 3 veces en un mismo día.

Las últimas reformas en la carretera y en la zona final de las antenas han supuesto la desaparición del cartel que había en la cima donde los cicloturistas solíamos hacernos la foto. Por cierto que las vistas desde la cima son, como no podía ser de otra forma, grandiosas, de todo el Delta del Ebro y del litoral . Lástima que el día que nosotros subimos, como ya vimos desde Roquetes solo empezar, una densa niebla cubría la cima, e incluso la antena era difícil de ver. Unicamente ya en el descenso, al paso por el Portell, el sol vuelve a salir y recuperamos las vistas sobre el Delta del Ebro. Cabe decir que desde la zona del Portell llegamos a los restaurantes, donde se toma una pista forestal que llegaría en 30 km a Fredes, en Castellón. Obviamente, la pista no es ciclable en bicicleta de carretera, aunque dudo que esté en peores condiciones que la pista que acabamos de bajar desde la antena. En el Portell hay también un mirador de la zona de curvas donde es obligado detenerse y donde Sergi aprovecha unas maravillosas vistas de la carretera.

Debo confesar que yo ya había estado en el Mont Caro un par de veces. Curiosamente en este coloso tarraconense conocí hace más de 11 años a Sergi Ros, este fantástico fotógrafo que me acompaña tantas veces y que deja constancia de tantos retos conseguidos. También había estado en el Caro cuando la Volta llegó en 1991, recuerdo haber cambiado mi 52-42 por un plato de 39 para poder llegar arriba. Grandes recuerdos las dos veces anteriores que fui. Y ahora, habiendo conocido a Manel y a Miguel, esta tercera ocasión que visito el Caro, tampoco será fácil que lo olvide. Un gran día de cicloturismo rematado con una inolvidable comida en Tortosa repleta de puertos y anécdotas. Gracias amigos por vuestra hospitalidad!

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