Tuvo que ser un extremeño (Carlos Vadillo) quien me advirtiera de esta interesante subida que está justo en la frontera catalana con Francia. Debo reconocer que no me sonaba absolutamente de nada, aunque una vez sobre la pista, en el Atlas Michelin se apreciaba el pico y una carretera local que le andaba cerca, por lo que mis esperanzas de que fuera una subida asfaltada y ciclable eran bastante sólidas. El Pic Neulós es el pico más alto del Macizo de la Albera, con sus 1.256 metros y se trata de una ascensión considerable, con unos números globales de 15,4 kilómetros de longitud, un desnivel de 950 metros y por tanto un desnivel medio del 6,16%.
Viniendo de la zona de Figueres, no hay otro remedio que llegar por la carretera Nacional II, bastante transitada por camiones, aunque con un arcén lo suficientemente ancho y en buen estado como para poder circular sin excesivo peligro. Lo que ya no salva el arcén es el aire que suele pegar por toda la zona, que incomoda y ralentiza la marcha. Siempre que el aire sea moderado, puesto que si sopla la tramontana es imposible mantenerse sobre la bicicleta.
Tras pasar La Junquera, todos los parkings de camiones habidos y por haber y la antigua frontera ahora desierta, entramos en Francia ya en ligera ascensión hasta llegar a Le Perthus (El Portús), catalogado como col, a una altitud de 294 metros. Una vez atravesado el pueblo (con una zona comercial muy importante), vemos un desvío a mano derecha que indica Col de l'Ouillat, y L'Albera. Esa es la carretera correcta que nos llevará al Pic Neulós. Arriba se observa un inmenso puente por el que circula la autopista y nosotros pasaremos por debajo. A partir de ese momento todo el tráfico que hemos sufrido en la Nacional II se convierte en tranquilidad. Lamentablemente la calidad del asfalto también cambia ostensiblemente, aunque en ningún momento dificulta la ascensión.
Los primeros kilómetros son bastante suaves, además en el principio de la ascensión pude observar hasta 3 fuentes donde podremos llenar los bidones.
Cuando llevamos 5,8 kilómetros de ascensión encontramos una bifurcación. A la izquierda la carretera lleva a St. Martin de l'Albere, pero nosotros debemos ir a la derecha hacia la pequeñísima localidad de St. Jean de l'Albere, que encontraremos apenas a 500 metros de la bifurcación. La carretera sigue ascendiendo y a partir de aquí a la izquierda ya empezaremos a tener una preciosas vistas sobre el macizo de la Albera, con todo el verde que ya quisieramos para tantas otras zonas.
Poco a poco la cosa se va complicando y después de un tramo bastante duro, en el kilómetro 11,9 llegamos al Chalet de l'Albere, un restaurante que allí a casi 1000 metros goza de otra vista grandiosa. El restaurante se halla a la derecha tal como se va ascendiendo, mientras que en la parte izquierda existe una gran zona de picnic a la sombra del Forêt Domaniale des Alberes, que se extiende durante varios centenares de metros a lo largo de la carretera.
Como podreis ver en el gráfico, a partir de ahí las cosas ya se van a complicar definitivamente con un kilómetro a una media del 8,1%. La pendiente ya no bajará del 7,7% que tiene el kilómetro siguiente, y además llevamos más de 12 kilómetros de ascensión...
En el punto kilométrico 13,5 encontramos una señal de prohibido circular a vehículos (excepto coches de servicio), y este tipo de señales a menudo suelen ser indicativas de que lo peor ha llegado (por su extrema pendiente, como en el Madeloc, pero también por la estrechez de la carretera, por ejemplo). Y este es también el caso. Los aproximadamente 2 kilómetros que quedan salvan unos 200 metros de desnivel. Tras una curva a izquierda hay una larguísima recta que desemboca en una valla que impide el acceso a lo que parece una base militar y resulta ser (según he confirmado a posteriori) un radio faro destinado a la navegación aérea.
La pena es que la zona vallada impide la vista de lo que sería la zona catalana. !Qué le vamos a hacer!