sábado, noviembre 12, 2011

Londres 2011, año 1 antes de las Olimpiadas.

Visitar Londres es una experiencia enriquecedora desde todos los puntos de vista. Esto no pretender ser una recopilación de todos los tópicos visitables en Londres, sino un simple recuento de los lugares que tenía en mi lista de deberes.

Culturalmente la visita al Museo Británico es obligada, con la Piedra de Roseta, los frisos del Partenon ateniense, las momias egipcias y la Carta Magna de Juan I como sus principales reclamos. Otros museos que no podemos obviar son la National Gallery y la National Portrait Gallery, o la Tate Gallery. Históricamente cabe destacar El Palacio de Buckingham con su cambio de guardia en días alternos. La Torre de Londres, que no es Torre, con su oscuro pasado de ejecuciones, vecina del Tower Bridge (no confundir con el Puente de Londres), el Big Ben, la Westmister Abbey, y por supuesto la Catedral de St. Paul, cuyo principal mérito sea probablemente haber sobrevivido a los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial (ver foto más abajo). A nivel turístico hay que visitar Picadilly Circus, la respuesta londinense a Times Square, los mercadillos de Camden, Portobello o Notting Hill.

A pesar del amor incondicional por las tradiciones que sienten los ingleses, no hay que dejar de lado las nuevas atracciones londinenses, entre las que destaca la gigantesca noria (el London Eye) que se instaló junto al Támesis a principios de este siglo XXI y que se convirtió en atracción permanente, cuando había sido diseñada para un uso temporal. Las vistas son imponentes, a más de 135 metros de altura. Más que recomendable. Otra de esas atracciones modernas sería el Puente del Milenio, diseñado por el arquitecto más famoso del mundo, el londinense Norman Forster, para mí totalmente decepcionante y más cuando uno se entera de que costó 19 millones de Libras. Para indignarse...

Pero en lo deportivo, que es lo más me interesa, Londres es una ciudad con muchos destinos. Mi interés se concentró en dos de ellos: Wembley y el nuevo Parque Olímpico situado en Stratford, que incluye el estadio olímpico, el velódromo, las piscinas y el Palacio de Basket. Correr en Hyde Park también hubiera sido una buena toma de contacto con el deporte amateur londinense, pero una inoportuna lesión me privó de ese privilegio.

Para el amante de los deportes, Londres tiene muchos más lugares que serían dignos de una visita. Para empezar los estadios de futbol de los equipos londinenses: Stamford Bridge (Iniesta!), el campo del Chelsea, Emirates el impresionante campo del Arsenal, White Hart Lane el campo del Totenham. Eso sólo por citar los campos de los equipos más prestigiosos, porque también son londinenses el West Ham o el Queens Park Rangers. Más allá del fútbol, qué decir de las pistas de Tenis de Wimbledon donde el mes de Junio se celebra el Torneo de Tenis más clásico del Grand Slam. Y si os digo que Wimbledon es al Tenis lo que Twickenham es al Rugby entenderéis la trascendencia de ese campo de Rugby. Pero no había tiempo para todo y tuve que concentrarme en Wembley y el Parque Olímpico. Wembley es el estadio de futbol de la selección inglesa de fútbol y el estadio donde se juega la final de la FA Cup inglesa, no en vano el estadio es propiedad de la Asociación de Futbol (FA) inglés. Al nuevo estadio de Wembley nos recibe una estatua de Bobby Moore, uno de los internacionales ingleses más reputados y prestigiosos de la historia y, fundamentalmente, capaitán de la selección inglesa que se proclamó campeona en 1966. El estadio de Wembley también será protagonista en la final de futbol de los JJOO del próximo verano, igual que ya lo fue de los JJ de 1948. Especialmente destacable la victoria del argentino Delfo Cabrera en la prueba de maratón, que acabó en el estadio. Pero si algo marca la historia del viejo estadio de Wembley, inaugurado en el año 1923, es la final de la Copa del Mundo de Futbol del año 1966, que se disputó en Inglaterra y fue ganada por sus anfitriones los ingleses, en la que hasta la fecha es la única. Una polémica final enfrentó a Inglaterra y Alemania, en la que un gol fantasma de Inglaterra allanó el camino de la victoria por 4-2.

Para mí, Wembley es mítico y siempre lo será por las dos victorias de Champions League del Barcelona, una el año 1992 con el famoso gol de Koeman a la Sampdoria, y la segunda el pasado mes de Mayo frente al Manchester United en un partido en el que el Barça de Guardiola llegó a su máxima expresión. Wembley ha sido escenario de otros múltiples eventos deportivos históricos, entre los que quiero recordar, a los pocos días de la muerte del mítico Joe Frazier, el combate que disputaron Cassius Clay y el londinense Henry Cooper en 1963, en el que el inglés derribó a Muhamad Alí aunque acabó perdiendo.

Por lo que hace referencia al segundo objetivo de mi tour deportivo en Londres, debo decir que fue un verdadero fracaso, puesto que el Parque Olímpico, ubicado en East London, exactamente junto al conocido Centro Comercial de Stratford, está cerrado al público a 9 meses de los Juegos Olímpicos, aunque algunas de sus instalaciones ya han sido finalizadas e incluso inauguradas. El Estadio Olímpico, fue construido por alrededor de 8 mil trabajadores y cuenta con una capacidad para 80 mil personas. Su coste no superó los 552,8 millones de euros, el estadio será el principal escenario en los Juegos Olímpicos de 2012 y es la segunda obra de gran escala que se finaliza, después del velódromo. No hay que olvidar la tradición británica del ciclismo en pista, no en vano los grandes estandartes del ciclismo inglés actual proceden la pista (Wiggins y Cavendish). Los ingleses fueron también los grandes triunfadores del ciclismo en pista en las pasadas Olimpiadas en Pekin 2008 con 7 oros nada menos.

Junto al Estadio Olímpico sí que pudimos observar una torre roja en espiral, diseñada por el artista angloindio Anish Kapoor, que se alzará sobre el Parque Olímpico de Londres 2012 como símbolo de esperanza. La torre de 19 millones de libras consiste en gigantes figuras de acero enrejado entrelazadas y es más alta que la Estatua de la Libertad de Nueva York. También es más alta que el Big Ben, pero de menor tamaño que la Torre Eiffel en París, la torre de 115 metros es un «símbolo del dinamismo de una ciudad que viene saliendo de la recesión», según dijo el alcalde Boris Johnson. El Centro Acuático, donde se desarrollaran las pruebas de natación y saltos, es otra construcción espectacular con forma de cola de delfín, sencillamente genial.

Me quedé con las ganas de poder ver todas estas maravillas por dentro, pero cuando el próximo verano vea las Olimpiadas por la tele (los precios de Londres ya son caros, imaginaros en unos JJOO) me imaginaré terminadas todas esas obras que yo pude ver en la lejanía...

jueves, noviembre 03, 2011

El espectáculo de Grossglockner y el glaciar Pasterze

De Dolomites 2011
El monte Grossglockner es, con 3798 m., el pico más alto de Austria. No, allí no se puede llegar con la bici de carretera. Pero hay un lugar desde el que se tiene una vista espectacular del Grossglockner, es el Refugio Franz Joseph Höche (2369 metros), un mirador privilegiado no sólo sobre ese pico sino también sobre el glaciar Pasterze, el más grande de los Alpes Orientales. A este refugio se accede desde la carretera que sube al Hochtor Pass (2504 m.), una carretera con un trazado de 48 km que va desde Zell am See hasta Heiligenblut. Esta carretera, llamada Hochalpenstrasse (carretera de los Altos Alpes) es una verdadera atracción turística y se ha vuelto a poner de moda en el mundillo ciclista este año 2011, al ser incluida en el trazado del Giro, el segundo de Contador.
José Manuel Fuente , posiblemente el mejor escalador español de la historia, respondía así a la pregunta de cuál era el puerto más duro que había subido alguna vez: “El Gloscone (respondió literalmente, por Grossglockner). Lo subimos en el Giro del 71 (en mi primer año como profesional) y la etapa la ganó Pierfranco Vianelli (Campeón Olímpico en México y 7º en el Tour del 69). Recuerdo una sensación extraña subiendo aquel puerto, algo así como estar escalando una cuesta sin fin, algo que no se acaba nunca; era un puerto, creo, de unos 30 km. y con rampas del 14%. Aquel año era la Cima Coppi y me lo ganó Vianelli. Estábamos en la frontera con Austria y de verdad que lo pasé muy mal, aunque aquel año terminase ganando la montaña.”

Este año 2011 el Grossglockner volvió a ser incluido en el recorrido del Giro d’Italia, después de 40 años. En un recorrido que, procedente de Italia, tenía 167 km e incluía las ascensiones al Monte Croce Carnico (Plöcken Pass en alemán) y la tachuela del Iselbergpass. En el mes de Mayo, la subida nos ofreció unos paisajes nevados grandiosos, que fueron testigos de la superioridad incontestable de Alberto Contador, que cedió la victoria a José Rujano. La meta se situó en el llano anterior a la subida final al Refugio Franz Joseph Hoche. Ese lugar, una explanada con un parking enorme, es ideal para albergar toda la infraestructura que requiere un final de etapa de estas características. Allí las vistas no son excepcionales. Lo que sí se ve es la tremenda última rampa que en un par de kilómetros alcanza el Refugio. Una rampa constante superior al 13% dentro de una galería que acaba con las fuerzas de cualquiera.
De Dolomites 2011
Yo ya hacía tiempo que tenía ganas de subir por la Hochalpenstrasse, que como decía al principio es una atracción turística de primera magnitud. Se trata de una carretera de peaje (nada menos que 29,00 Euros vale el ticket por acceder a ella). Incluso este año se estudió la posibilidad de que los ciclistas pagaran, como decían Rubén Berasategui y Angel Morales en el número 41 de Pedalier hace unos meses, pero para nuestra tranquilidad este 2011 todavía no lo cobraban a las bicis y hasta donde yo sé, una verdadera movilización de ciclistas en Austria ha impedido de momento que se implante ese peaje.

La historia de esta carretera se remonta a 1922, año en que un grupo de expertos austríacos tuvo la visión de hacer esta carretera “para estimular el turismo y atraer a gente de gran poder adquisitivo”. La carretera seguía el trazado de un camino de antigüedad secular, que ya había sido pisado por los soldados romanos y celtas. Sin embargo Austria, tras la derrota en la 1ª Guerra Mundial, no podía financiar el proyecto y no fue hasta 1929 que la crisis provocó que la construcción de la carretera se convirtiera en un proyecto para crear empleo. En 1930 empezaron las obras y el 3 de Agosto de 1935 se inauguró la carretera del Grossglockner.

Es una subida cuya historia en relación con el deporte se remonta muchos años atrás. La primera carrera de coches tuvo lugar el día siguiente a su inauguración, con 75 pilotos participantes. Siempre ha sido lugar de carreras de coches, motos o bicicletas. La Vuelta a Austria hace obviamente una visita anual al Hochtorpass en su recorrido.
Se estima que unos 20.000 ciclistas pasan cada año (cada verano más concretamente!) por esta carretera, siendo uno de los destinos favoritos de los cicloturistas europeos. Cubierta de nieve durante todo el invierno, hoy en día con 5 máquinas y 10 personas, en 15 días la carretera queda abierta al tráfico. En 1938, se necesitaban 70 días para que 350 personas quitaran manualmente la nieve acumulada...
Hay servicios que facilitan a los ciclistas su escalada. Existe también la posibilidad de tomar el tiempo entre Ferleiten y la Fuscher Törl (lo que se denomina la etapa reina del Glockner), mediante un sistema de cronometraje automático (solo antes de las 9.00 y después de las 15.00 horas). Por un módico precio de 2 Euros sabréis el tiempo exacto de vuestra escalada y éste aparecerá también en Internet a los pocos minutos. Al regreso a Ferleiten hay dos duchas (para hombres y mujeres) donde poder refrescarse tras el esfuerzo.
Pero hay que decir que el verdadero paso de montaña es el Hochtorpass (incluido en el reto BIG, por supuesto), con su túnel en la cima, a una altitud de 2.504 m., que da paso a la vertiente norte, desde la que se puede llegar a otro de los destinos que no os podéis perder, el Edelweisspitze, realmente el punto asfaltado más alto de esas montañas, a 2571 metros. Dos kilómetros adoquinados es el remate final para llegar a este punto culminante, desde la Fuscher Törl.

Nosotros íbamos con la intención de subirlo todo, Hochtor, Refugio, Edelweisspitze... pero la realidad fue que imitamos la etapa del Giro casi al 100% y cuando llegamos a los pies del Hochtor ya habíamos dejado casi todas la fuerzas. Cada uno subía como podía. Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas y a pesar de las escasas fuerzas que me quedaban por lo menos daba las gracias de que el tiempo nos hubiera acompañado y nos hubiera permitido llegar tan arriba, cosa que no estaba tan clara cuando salimos de Italia. A partir de la rotonda que separa los caminos del Refugio y del paso del Hochtor sigo hacia el Hochtor y las cosas se ponen realmente feas, una rampa impresionante de la bienvenida a los últimos kilómetros y a una velocidad mínima paso unas motos de época que nos habían pasado unos kilómetros antes y que ya no podían con la pendiente ni con sus orondos y disfrazados conductores. Si no podía el motor de la moto, mi motorcillo estaba también en las últimas. Me agarro a cualquier estímulo para poder continuar unos metros, pero el aliciente de llegar a Sergi, al que veo haciendo fotos por delante y el aliciente de ver a Julià por detrás, no son suficientes para vencer la tentación de echar pie al suelo. Poco a poco el aire sopla más fuerte y es más frío. Sólo tengo ganas de llegar, ver el túnel de la cima y hacerme la foto junto al cartel. Cuando llego mis compañeros no están y me dice Sergi que por allí no han pasado. Se han ido directos al Refugio Franz Joseph Hoche, seguro. No queda otra. Después de comprar algunos souvenirs en la tienda nos vamos a buscarlos al Refugio. No nos ponemos de acuerdo en qué tramo es más duro, si el final del Hochtor o los últimos kilómetros hasta llegar al Refugio, buen debate organizamos...
De Dolomites 2011
El día se va complicando y en lugar de visitar el Edelweisspitze (el único que nos faltaba de nuestro planning), decidimos quedarnos un buen rato tomando un café en el Refugio Franz Joseph Hoche viendo con un ojo la etapa del Tour, y con el otro el impresionante glaciar Pasterze, cuyas dimensiones se han visto reducidas de forma dramática desde el año 1846, en que se empezó a medir científicamente. El hielo ha perdido en este tiempo más de 200 metros de altura en la lengua del glaciar, y su longitud se ha reducido en 1.800 metros. El panorama es tal que al ritmo que vamos, en 80 años el glaciar habrá desaparecido.

El frío fuera es intenso, tanto que incluso acortamos la sesión de fotos habitual. La vertiginosa panorámica podemos apreciarla también desde las cristaleras del restaurante, y en algún momento las nubes incluso nos permiten ver el pico del Grossglockner.

En fin. Una experiencia de las que recordaremos durante años. Un recorrido que podría situarse sin duda en las primeras posiciones de los recorridos más espectaculares que se pueden hacer en bici. En competencia, sí, con algunos recorridos en los vecinos Dolomitas, pero la subida al Hochtor Pass y las vistas desde el Refugio Franz Joseph Hoche son la “creme de la creme” del cicloturismo en el mundo. 20.000 ciclistas al año no pueden estar equivocados.