Mostrando entradas con la etiqueta Pirineos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pirineos. Mostrar todas las entradas

lunes, septiembre 23, 2013

Transpirenaica con alforjas, siete días, ocho kilos

Cirque du Litor
Nunca había pedaleado con alforjas. Siempre he sido más bien de intentar ir rápido.
Pero ya hacía tiempo que me llamaba de la idea de pedalear horas y horas. De viajar más que correr. De sentir que el día se alarga y no tener prisa por llegar.

Esta vez se planteó la posibilidad de estrenarme en este tipo de cicloturismo casi de casualidad. Un amigo tenía una semana libre en agosto igual que yo, pensamos en hacer algo sobre la bici, y cuando nos dimos cuenta ya estábamos dibujando etapas sobre un mapa. Fue cuestión de horas descubrir que una semana es el tiempo ideal para intentar hacer una Transpirenaica.

Lo mejor de una transpirenaica es que cada uno puede hacerla a su medida. En bicicleta de montaña o en bicicleta de carretera. Buscando los puertos míticos y más duros o evitándolos si las fuerzas no son suficientes. En 6 ó 7 días, sí, pero también en 15, o empleando todas las vacaciones. Una transpirenaica se empieza a hacer mucho antes de empezar a pedalear. El recorrido que aquí os planteamos es sólo una posibilidad, pero existen tantas como ciclistas. Se trata de consultar mapas, libros, webs, altimetrías, el Especial Pirineos de Pedalier, etc. Toda la información que recabéis es importante y os ayudará.  
Como elemento de referencia sí que pienso que es interesante citar la Hendaye-Cerbere, una Transpirenaica clásica, que organiza el Ciclo Club Béarnais . Tiene dos posibilidades, la primera es la versión Randonneur, con 720 km, 18 puertos, 11.000 metros de desnivel y un máximo de 100 horas para cumplirla y conseguir la medalla del Club Béarnais que lo acredita. La segunda es la versión turista, con 800 km, 28 puertos, 18.000 metros de desnivel y un máximo de 10 días para completarla.  Aquí tenéis el carnet de ruta de la Randonneur:

Hoy día tenemos muchas opciones “comerciales” para hacer una transpirenaica por carretera con coche de apoyo. Permitidme sugeriros dos: una la que ofrece Montefusco Cycling. Para ir con todas las comodidades, la bolsa en la furgoneta, y comida y bebida en la cima de las subidas. Y una segunda opción que no es estrictamente una Transpirenaica, pero casi. Se trata de la Haute Route (www.hauteroute.org ), aún más competitiva, que tiene su versión en los Alpes y también su versión pirenaica. Se anuncia como la marcha más dura del mundo. En su recorrido 2013 hizo los primeros días de Septiembre desde Solsona (Lérida) hasta Anglet-Bayona cubriendo 750 km, con 20.000 metros de desnivel. A los más competitivos os sobran opciones hoy día.

En nuestro caso se plantearon una serie de condicionantes y en función de ellos decidimos tirar para adelante. Teníamos 7 días de vacaciones y queríamos acabar en Cadaqués. No teníamos coche de apoyo. Queríamos pedalear con alforjas y que el resultado de las vacaciones fuera también conseguir un reto. Y creo que conseguimos todo eso, y más.

Esta es nuestra Transpirenaica, sin ninguna pretensión de ser mejor ni peor que otras, simplemente es la nuestra, la que disfrutamos y la que vivimos intensamente mi amigo (mucho más desde ahora) José Luis Arteaga y yo, durante 7 días del mes de Agosto de 2013.

Etapa 1. San Sebastián-Lecumberry.
Decidimos empezar en San Sebastián. Nos parecía un lugar simbólico. La playa de la Concha. Muchas transpirenaicas empiezan en Hendaya o en San Jean de Luz, esta iba a ser una de nuestras variantes. Llegamos un día antes a San Sebastián y nos regalamos con un domingo de descanso, y de pintxos y zuritos. ¿Dónde dormir? Un consejo, probad el Colegio Mayor Olarain, que en Julio y en Agosto no recibe sólo universitarios. Un lugar delicioso, especial, económico y donde os recibirán como si estuviérais en casa. ¡Ah! ¡Importante! Si mandáis las bicis anticipadamente os la cuidaran como si fueran joyas.

El primer día amanece lluvioso. La perspectiva de los más de 700 km que nos esperan durante la semana y la posibilidad de mojarnos hace que nos tomemos las cosas con calma. Desde San Sebastián salimos por el Alto de Miracruz dejando el Arzak a la izquierda y despidiéndonos así de las delicias culinarias de ayer. Nos vamos por Aritxulegui y Aguiña, según nos recomendaron Ruben e Iñigo, excelente manera de evitar la Nacional, aunque la niebla y las nubes nos impidieron disfrutar de esas primeras subidas en todo su esplendor.

A todo esto, en pocos kilómetros estamos totalmente acostumbrados al pedaleo con alforjas y el peso posterior que conlleva. En mi caso, con una BTT con neumático liso, a la que he puesto una parrilla y unas alforjas, mientras mi compañero lleva una bici de carretera también con alforjas. El va más ligero y será quién tire la mayor parte del tiempo. ¡Me he buscado un gregario excelente!

Para llegar a Elizondo debemos recorrer la incómoda N-121A, con tramos prohibidos para bicicletas, saliendo en ocasiones de ella y con vehículos a toda velocidad mientras estás dentro. Desde Elizondo, y ya sin lluvia, encaramos Izpegui, un puerto tampoco demasiado duro, cuyo descenso hacia St Jean de Pied de Port nos pareció espectacular. Paso complicado por esta localidad tremendamente turística y alargamos un poco el día hacia la base del primer puerto de consideración que subiríamos al día siguiente: Burdinkurutxeta. Dormimos finalmente en el Hotel Fronton de Lecumberry (Francia, ojo, no confundir con la localidad navarra).

Etapa 2. Lecumberry-Bielle. 

Podríamos llamarla primera etapa ”en serio”. Primer contacto con la alta montaña. Nada menos que con Burdinkuntxeta-Bagargui. Con cuatro kilómetros consecutivos por encima del 10% de desnivel. Os recuerdo que con una alforjas que pesaban más de 8 kgs.

Bajando Bagargui
Saliendo de Lecumberry nos metemos en plena Route des Cols (que iremos siguiendo durante tantos kilómetros estos días) y en este caso seguimos las indicaciones para el Bosque de Irati, como sabéis uno de los mayores y mejor conservados bosques de hayas y abetos de toda Europa. Las fuerzas están todavía intactas y el temido tramo tan duro lo pasamos sin excesivas dificultades disfrutando de un paisaje impresionante, aprovechando que el sol ha salido y ya no nos abandonará por unos días. Coronamos Burdinkurutxeta, donde coincidimos con un par de ingleses que con su maillot de Sky se hallan a la conquista de los Pirineos demostrando el tirón popular del ciclismo en Inglaterra con sus últimos éxitos. A veces creo que incluso el Tour es una operación de Marketing, que bueno para la industria ciclista el tirón de diferentes países como EEUU, Alemania y ahora Inglaterra. Como para pensarlo.


Coronamos más tarde Chalets de Irati y luego Bagargui. Desde donde iniciamos un largo, precioso y empinado descenso pasando por el pueblo de Larrau, dejando el coco a nuestra derecha, y más tarde dejaremos también el desvío hacia Pierre St Martin que nos hubiera devuelto hacia Navarra, por la que hubiera sido una Transpirenaica más “española”. Al final del descenso nos detenemos en Arette, un pueblecito típico que ama el Tour de Francia y que dedica grandes murales a los esforzados de la ruta. Nos hacemos la foto allí con una imagen donde se recuerda a históricos como Duclos Lassalle o Andre Darrigade.

Después de la segunda jornada ya me doy cuenta que esto de ir con alforjas no es lo que yo suponía. De hecho voy sufriendo a tope todo el tiempo, en las subidas para arrastrar el peso de la bici y las alforjas y en el llano para seguir a José Luis. No es que tengamos prisa, sólo es que después de 6 o 7 horas de bici (una jornada laboral) uno ya tiene ganas de llegar!

Etapa 3. Bielle-Sta.Marie de Campan
La etapa que teníamos prevista no era ésta exactamente. Sólamente incluía la ascensión a Aubisque y dormir en Luz St Sauveur, a los pies del gigante Tourmalet. Pero entonces quedaba una etapa un tanto descafeinada con sólo 71 km. Las previsiones meteorológicas eran excelentes ese día, hasta tal punto que decidimos hacer Tourmalet ya por la tarde llegando a Sta Marie de Campan sin alojamiento reservado con la esperanza de encontrar algo, como así fue.

Sería que Aubisque por Laruns no es suficiente, claro... Etapa mítica donde las haya. Un día para recordar mucho tiempo. Etapa con un tiempo extraordinario y repleta de recuerdos ciclistas, de los que nos recomendaba Javier Sánchez Beaskoetxea en el Especial Pirineos. Las bicicletas gigantes del Aubisque, el busto de Lucien Buysse, el Cirque du Litor, coronar el Tourmalet, la placa en la forja donde Eugene Cristophe reparó su horquilla... Una transpirenaica sin todo eso no sería transpirenaica.

Aubisque por Laruns no lo había subido nunca, fue para mí un gran descubrimiento, un Tourmalet como me avanzaba José Luis todo el tiempo. Y con mucha personalidad, me encantaron las bicicletas gigantes, pero especialmente el Cirque du Litor, un lugar cuya sola visión impresiona. Y más un día tan claro y soleado como el que disfrutamos.

El desvío hacia la Via Fignon
Ese día también por fin pude descubrir la Via Fignon, que no es más que la carretera antigua del Tourmalet, sustituida por la amplísima carretera que hoy día pasa por el aparcamiento y la estación de esquí de Bareges. En mi imaginario, la Via Fignon era una carretera perfectamente señalizada, de uso exclusivo para los ciclistas en subida, con carteles identificativos. La realidad es mucho menos romántica. Hace un mes ya subí el Tourmalet por Luz y no fui capaz de encontrarla, aunque a la bajada me detuve en Bareges para informarme, y fue donde me dijeron que para llegar a la Via Fignon debía seguir el cartel hacia “Jardín Botánico” durante la subida, una vez pasado el pueblo.

Efectivamente, esta vez tomamos ese desvío y vamos ascendiendo por una carreterita mucho más estrecha, desde donde se puede ver la nueva carretera al otro lado de la vaguada. Pasado el Jardín Botánico supuestamente unas vallas impiden el paso de vehículos, pero de hecho no es así. Y nos encontramos con una carretera por donde pasan algunos coches, con un mantenimiento muy pobre, de donde no se retiran ni las piedras que se desprenden. Ni una indicación, ni un rótulo que estamos en una carretera destinada a ser un lugar de peregrinaje. La Via Fignon, una idea magnífica que no debería caer en el error del olvido.

A todo esto, Monsieur Tourmalet se muestra en toda su grandeza y en toda su dureza. La BTT, las alforjas, el calor y el Aubisque anterior hacen que la ascensión por la via Fignon sea un calvario. El sol de media tarde aprieta con fuerza, y el momento en el que retomamos la carretera ancha nos ofrece una perspectiva de lo que todavía queda para llegar a coronar el puerto. Desmoralizante. Para José Luis fue el día que más ha sufrido sobre la bicicleta. Yo tengo una colección tan larga para elegir el peor día sobre la bici que no me atrevo a asegurar que fuera éste. Es curioso cómo las fotos de la cima nunca reflejan el sufrimiento de la subida, sólo la satisfacción de haber coronado.

Llegar a Sta Marie de Campan sin alojamiento es una ocasión para conocer alojamientos como la Gite de Sejour con la imagen de un maillot amarillo en su fachada (¡hotel completo!), o el Hotel “Les deux Cols” (Tourmalet y Aspin, obviamente), delicioso hotel familiar donde había una buhardilla libre y donde fuimos atendidos divinamente.

Ese fue uno de los días clave de la Transpirenaica. Sólo por esta etapa ya vale la pena el viaje.

Etapa 4. Sta Marie de Campan-Col de Menté.
Aspin es nuestro primer objetivo del día, ese puerto que queda entre Tourmalet y Peyresourde, a menudo ninguneado y últimamente relegado por la Hourquette de Ancizan. A veces se le cataloga de segunda categoría, especialmente por Campan. Pero es un puerto bonito sobre todo en su kilómetro final. Y con su estación de esquí, si Aubisque tiene Gourette y Tourmalet tiene La Mongie, Aspin tiene Payolle…

Coronado Aspin, nos vamos hacia Peyresourde. Una vez más, otro puerto que yo iba a hacer por una vertiente desconocida. Me pareció muy duro, el cansancio del día anterior se empieza a notar y corono justito, justito. Menos mal que ya conocía el final, porque a lo lejos se veía tráfico en la carretera que sube hacia Peyragudes (por donde subió el Tour 2012 y también la Vuelta a España de este año) y cualquiera podría pensar que había que ir hasta allí arriba...

Bajamos hasta Bagneres de Luchon y desde ahí fuimos por una carretera que tiende a bajar hacia el destino inicial de nuestra etapa, que era St Beat, un pueblo inhóspito famoso por sus mármoles, donde nos fue difícil incluso encontrar un lugar donde tomar una Coca Cola. Los dos puertos de hoy han hecho daño, pero si no avanzamos un poco habremos perdido todo lo que ganamos ayer subiendo Tourmalet...

Junto a la placa de Luis Ocaña
La solución está en subir el durísimo Col de Mente, nada menos que 9,8 km al 8,6%. La ascensión se hace interminable. Es horroroso, qué manera de sudar, me parece que hasta tengo fiebre. No es un puerto vistoso, ni bonito por esta vertiente, únicamente es duro, a secas. El único aliciente que tengo es encontrar la placa que recuerda la caída de Luis Ocaña en el Tour de 1971, a la manera francesa que tanto gusta de la épica: “Lunes 12 de Julio de 1971. Tragedia en el Tour de Francia. En esta carretera, transformada en torrente de barro por una lluvia apocalíptica, Luis Ocaña, maillot amarillo, abandonó todas sus esperanzas contra esta roca”. La parada y las fotos junto a la placa, a falta de unos 3 km, nos permite recuperarnos ligeramente y coronar junto al precioso albergue de la cima, donde pasaremos la noche.

Una habitación justita pero más que correcta y una cena espléndida sirven de colofón de una etapa que se ha hecho muy dura. Otro día en que no he terminado de descubrir el disfrute del cicloturismo de alforjas. Sólo sufrir y sufrir. Noche de no poder descansar bien, de horas en vela y de dudas, de no saber si sería capaz de terminar la Transpirenaica con éxito.

Etapa 5 Col de Mente-Ax Les Thermes

No puedo decir que el sueño fuera reparador. Pero en esta ruta no hay coche de apoyo, no hay opción de tomar atajos. Hay que desayunar fuerte, obligarse a comer bastante y empezar a dar pedales cuanto antes.

La etapa empieza en bajada. Col de Mente nos deja al pie de Portet d’Aspet, su puerto gemelo donde también se escribió la tragedia en 1995 con la muerte de Fabio Casartelli. La curva fatal y el monumento están a los pocos metros de iniciarse la subida. Qué mala suerte, esa caída, cuando Fabio estaba a punto de finalizar el descenso. Una bajada tremenda que corresponde a una subida terrible con puntas del 17% que íbamos a afrontar para empezar la etapa de hoy. Después de coronar nos espera un largo descenso y muchos kilómetros de llano, a la espera del segundo y último puerto del día, Col de Port.

El día parece que se va complicando y nos mojamos por segunda vez en la travesía. En Saint Girons no parece que el día vaya a mejorar y ya nos hacemos a la idea de un día pasado por agua. Sin embargo, a medida que nos acercamos a Massat las cosas mejoran y después de un refresco recuperador, afrontamos la subida a Col de Port con un buen sol. Después de los desniveles de los días anteriores, agradecemos un puerto como este, donde los porcentajes no superan el 6%. En el albergue de la cima recuperamos fuerzas y decidimos alargar la etapa no hasta Tarascon sur Ariege como teníamos previsto inicialmente (al final de la bajada), sino hasta Ax les Thermes, ciudad termal que ya conocemos bien, no en vano estamos ya a muy pocos kilómetros de Catalunya.

La carretera de Tarascon a Ax les Thermes es básicamente llana aunque al final se complica, pero lo peor es el intenso tráfico que nos acompaña. En nuestro camino dejamos a la derecha el desvío a Plateau de Beille, por otra ruta que conocemos bien de aventuras anteriores.



Etapa 6 Ax les Thermes-Argeles sur Mer 

La idea inicial de este sexto día era subir Pailheres y Col de Jau, a 2001 y 1506 metros respectivamente. La última etapa de montaña que sobre el papel nos tenía que dejar en Prades, a pie del Canigó, ya sólo pendientes de encarar una sencilla ultimísima etapa. Sin embargo el día amanece muy cubierto, con la niebla apareciendo en la montaña. Mientras desayunamos y vemos la gente por la calle con el paraguas, analizamos el mapa y vemos posibles alternativas a una etapa que la lluvia y el frío pueden arruinar. Hasta ese mismo día no habíamos considerado dejar Pailheres de lado, uno de nuestros puertos favoritos. Sin embargo, vemos claro en los mapas que subiendo Col de Chioula (que corona bastante más abajo, a 1.431 metros) llegábamos igualmente a Axat, nexo de unión entre los dos puertos previstos.

Así lo hacemos, no sin antes reparar el segundo pinchazo de la travesía, todavía en Ax les Thermes. Empezamos a subir y llegamos al cruce que separa la carretera que llega a Pailheres y la que llega a Chioula. Aunque no está lloviendo, decidimos subir Chioula, un puerto que se caracteriza por sus desniveles asequibles. Coronamos a 1.431 metros e iniciamos un larguísimo descenso que por momentos nos cuesta creer. No recuerdo estar bajando nunca tantos y tantos kilómetros.
Pensamos por un momento que encontraríamos alguna trampa en forma de muro de 3 km al 10% o algo así! Pero no hay trampa ni cartón. Quiero destacar el paso por les Gorges de Rebenty y el desfiladero de Joucou, un tramo corto pero precioso con sus túneles excavados en la piedra, con el río a la derecha, muy por debajo del nivel de la carretera.

De tal manera que nos hemos plantado con 60 kilómetros en las proximidades de Axat. Ahí, en una rotonda enorme vemos los kilómetros que nos separan de muchos destinos, y es cuando nos damos cuenta que estamos sólo a 63 km de Perpignan. Nos miramos y no hicieron falta grandes explicaciones. Nos vamos directos para allá.

La realidad superó con creces nuestras previsiones, pues no se trataba solamente de una carretera con tendencia a descender (obviamente, puesto que íbamos dirección al mar), sino que además nos encontramos con un viento favorable (¡sí, eso que muchos pensamos que nunca ocurre!) que nos propulsó hacia Perpignan en menos de dos horas. Una carretera que ya conocíamos de excursiones anteriores a la conquista de los castillos cátaros (Puylaurens, Queribus), perfectamente visibles desde la carretera. Recuerdo momentos a 70 km/hora sin dar pedales. Una media de más de 30 km/hora con las alforjas no estaba nada mal. Había ganas de llegar.

Porque desde Perpignan ya nos quedaba poco para llegar el Mar. Íbamos a completar desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo en 6 etapas, eso nos parecía un éxito. Llegamos pues a Argeles sur Mer, francamente un final de ruta no muy acorde con los sentimientos de euforia que nos invadían. Pretendíamos ver el mar a lo lejos e ir saboreando poco a poco la victoria que supone llegar a él. Pero se mantuvo oculto hasta la misma playa de Argeles, donde pudimos hacer la foto de rigor. Lo malo fue que encontrar alojamiento un sábado por la noche de Agosto no fue fácil. Lo que seguro que fue es caro. ¡Pero ni siquiera eso iba a amargarnos el sabor de la victoria!
 

7ª etapa Argeles sur Mer-Cadaqués

La última etapa venía a ser una especie de homenaje. 73 km al lado del mar, disfrutando en todo momento del olor a mar, de las vistas espectaculares y del buen tiempo, esta vez sí.
Además, de nuevo nos encontramos con el aire ligeramente a favor, cosas de la Tramontana tan típica de estos lares, que siempre sopla de norte.
No nos vamos a engañar, esa zona junto al mar no tiene un perfil llano. De hecho el desnivel fue mayor que el del día anterior. Los continuos repechos hacen que haya que jugar continuamente con el cambio, aunque más que repechos habría que catalogarlos directamente como puertos (estamos nuevamente en la denominada Route des Cols): Col de Belitres para pasar la frontera, Col del Frare, etc. El remate es, una vez llegados a Port de la Selva, la subida al Coll de Perafita, que nos deja justo encima de Cadaqués, a sólo 5 km de bajada de la localidad ampurdanesa, famosa entre otras cosas, por su relación con Dalí. Esta sí que es una entrada digna de una Transpirenaica, la llegada a Cadaqués, con el mar al fondo y un pueblo de postal que nos espera abajo del todo.

Llegada con sol, baño, paella. Ya está. Hay ganas de descansar y celebrar lo conseguido.

Una vez he regresado de la Transpirenaica he aprendido algunas cosas de esta ruta. He aprendido que el sentido de la transpirenaica tiene que ser siempre de regreso a casa, ¡eso ayuda psicológicamente en los momentos de duda! Ahora sé que cada uno puede hacer una transpirenaica diferente, en función de los días de que disponga, de su estado de forma, de los acompañantes, y que incluso es mejor tener la posibilidad de ir cambiando los planes sobre la marcha si el tiempo se complica o alguno flojea: no vale la pena reservar los hoteles con antelación. Es necesario analizar el recorrido con detalle, estudiar los mapas, disfrutar de la confección de las etapas. También he aprendido que no nos ponen las cosas fáciles para meter las bicis en los trenes de media distancia y hay gestionar el envío de las bicicletas por mensajería. Eso son malas noticias. Pero afortunadamente hay múltiples empresas que nos solucionan este problema.

La primera vez que he hecho cicloturismo de alforjas me descubre lo poco que necesita uno para vivir. Lo poco que cabe en las alforjas te sobra para una semana. Ocho kilos es suficiente. Una buena lección sin duda.

La salida de San Sebastián queda ahora muy, muy lejos, hemos conseguido el objetivo de estirar el tiempo al máximo. Qué gran ocasión para dar un repaso a la geografía pirenaica, a los alojamientos franceses (hoteles, Gites d’etape, Gites de sejour, albergues), a la gastronomía francesa (especial mención para la garbure y para la trucha a los que no nos convence la carne), a los vinos (¿eh José Luis?) y también a los conductores franceses, a menudo demasiado bien valorados aquí...

796 km en 7 etapas, con 12 colosos pirenaicos. Los datos que aparecen en el Strava ahí están. Una cosa está clara, esto ya no me lo quita nadie, esto ya lo tengo. Pero afortunadamente hay muchas otras opciones con que seguir ilusionándose, ¿quién sabe si una transpirenaica española? Una opción que este año descartamos frente a los míticos cols franceses, pero que es una segunda opción muy atractiva: Pierre San Martin, cañón de Añisclo, Cantó, Bonaigua... No desmerece, sólo le falta la épica y la historia. Pero ese podría ser el segundo episodio un año de estos, lo que no falta nunca son ganas e ideas. Continuará...


lunes, julio 29, 2013

El Pic du Midi y sus hermanos pequeños


Algo que empezó como una quedada entre amigos para hacer unos cuantos puertos pendientes pudo haber acabado en una de las cosas más bonitas que haya hecho sobre la bici. Al final no resultó, pero igual que un viaje no dura sólo el tiempo que estás fuera de casa, un proyecto como éste no consiste sólo en realizarlo sino también en proyectarlo, ilusionarse y marcarlo como reto. Es la subida al Pic du Midi via Tourmalet, un reto magnífico, bellísimo y que vale la pena mantener en la nevera hasta que todo cuadre para poder llevarlo acabó con éxito.

Como digo todo empezó con la propuesta de Angel para hacer un etapón en el Pirineo con nada menos que 3 cromitos que me faltaban en la colección: Hautacam, Cauterets-Pont d’Espagne y Spandelles. Había que hacerlo sí o sí.

Pero la verdad es que con mi estado de forma una etapa con esas tres subidas (además de Soulor), se me antojaba una etapa demasiado ambiciosa para terminarla de forma decorosa, con lo que decidí anticipar mi viaje a Argeles Gazost para adelantar trabajo y subir Hautacam. Eso sí, aproveché el viaje para hacerlo por Ainsa y Tunel del Bielsa, de manera que pude acercarme a Beyrede, donde nace otro puerto, bastante desconocido y a tramos muy duro que se llama como el pueblo de la base, Col de Beyrede. Es una subida paralela a Aspin y Hourquette d’Ancizan, que permite pasar del valle del Neste al valle de Campan. “El desconocido” como titulaba un artículo del Miroir de Cyclisme de los años 80, artículo que me hizo descubrir este pequeño coloso.

Una vez coronado Beyrede, vuelta al coche y camino a Argeles azost para conquistar Hautacam, una subida de 17 km muy conocida por el paso del Tour de Francia, en especial los años 1992 con victoria de Luc Leblanc por delante de un Indurain siempre generoso, y el año 1996 con Bjarne Riis subiendo a plato, Mr. 60% ridiculizando a sus rivales en un Tour que éramos tan ingenuos que pensábamos que Indurain iba a remontar y ganar su sexto Tour consecutivo. En fin, una subida bastante dura, pero asequible si se sube “a balón parado”.

El día siguiente, sábado, era el día D para intentar el ataque al Pic du Midi. Me había llevado las dos bicis, y lógicamente el intento lo iba a hacer con la BTT. Era la primera vez que iba a subir el Tourmalet por Luz St Sauveur y Bareges, con lo que tenía varios alicientes para ese día, entre ellos también descubrir la “Via Fignon”, trazado clásico del Tourmalet pero que con la reciente abertura de una nueva carretera más amplia, se ha quedado para uso exclusivo de ciclistas en dirección subida. Además, las recientes inundaciones en Bareges había provocado el cierre de la carretera y sólo unos pocos días antes la carretera había sido abierta de nuevo.

Total, que subir Tourmalet con ruedas gordas hace que el tiempo empleado en su ascensión sea muy superior al habitual. Muchos ciclistas me pasan, todos ellos vascos o españoles, mientras atravesamos las múltiples zonas que se han visto afectadas por las inundaciones.

Cuando corono el Tourmalet, rápida Cocacola en el mítico bar de la cima, donde me informan que la pista que lleva al Pic du Midi está cubierta por la nieve unos cientos de metros más arriba. Información que coincide con la que había obtenido en nuestro hotel de Pierrefite Nestalas. Sin embargo, no hago ni caso y ahí me que dirijo a comprobarlo personalmente. La pista está limpia de nieve por más de 5 km, hasta llegar a Col du Sencours, aunque en muchos tramos la nieve se queda acumulada a los costados, también en el paso de dos túneles que hay que atravesar hasta llegar a Sencours. Ahí se vislumbra perfectamente el Pic du Midi y su observatorio espacial. En el Col de Sencours (2.378 m.) se pueden apreciar los restos de una edificación que en su día debió ser un hotel o restaurante. A partir de ahí la pendiente se  incrementa de forma notable y el estado de la pista empieza a ser mucho peor, hemos empezado el trayecto hacia Col des Laquets. De pronto, en una curva a izquierdas, una muralla de nieve impide el paso. No es que sea un trozo de pista cubierto de nieve, es que tiene una altura que no permite sobrepasarla. Sí que es posible bordear la nieve por el interior de la pista, pero decido parar ahí la aventura porque sospecho que en los 500 metros de desnivel que faltan me voy a encontrar con numerosos problemas parecidos.
Mucho mejor intentarlo en otro momento con la bici aparcada abajo en el Tourmalet y hacer esto corriendo o andando. Esa es mi idea hoy por hoy. Volver y coronar Pic de Midi a pie un día de estos. Lo cortés no quita lo valiente, y también tengo que decir que me motiva subir en el telecabina que llega al Pic du Midi y que sale de La Mongie, la estación de esquí que hay a media subida desde Campan.

Por tanto, decepción por no conseguir hacer cima, pero estaba satisfecho de haber hecho el intento y de que el día me hubiera acompañado. Precioso.

La tarde la dedico a hacer turismo religioso en Lourdes (dicen que la segunda ciudad más visitada de Francia después de París) y ya me preparo para la etapa final del domingo, la que realmente había sido el primer objetivo del viaje a Argeles.

El domingo iniciamos la etapa subiendo a Cauterets, y de ahí, por una carretera que también se ha reabierto recientemente tras los desperfectos provocados por las inundaciones, hacia Pont d’Espagne. Todo lo fácil que es hasta Cauterets se vuelve difícil a partir de ahí. Una vez se llega al gran Parking hay que continuar unos cientos de metros hasta el Pont d’espagne con unas impresionantes cascadas detrás, y la carretera se puede seguir durante varios km por unas zonas preciosas y unos altiplanos verdes, muy verdes, en esta época del año.

Rápida bajada hacia Argeles y de ahí tomaremos una carretera secundaria que nos llevará hasta Col des Borderes, alternativa muy atractiva de los primeros km de Soulor, aunque con tramos ciertamente muy duros, sobre todo al final. Una vez coronado bajamos hasta Arrens, desde donde faltarán 8 km a un 8% de media hasta la cima de Soulor. Mi estado ahí ya es precario, he sufrido mucho los últimos dos km hasta coronar. El tiempo se está complicando y unas nubes amenazadoras se ciernen sobre esa zona del Soulor y su vecino cercano Aubisque, parece que nos vamos a mojar. Se me pasa por la cabeza dejarlo ahí y bajar directo a Argeles pero falta por subir Spandelles, un puerto considerado BIG, con casi 10 km a una media casi el 8,5% (853 metros de desnivel).

La lluvia nos coge de lleno, pero esta vez, en lugar de ser un problema es una bendición, y en mi caso parece que me ayuda a sobreponerme (eso y el bocadillo en el Col de Soulor!), y vencer este puerto de carretera estrecha, solitaria y sin señalización, a diferencia de todos los puertos que hemos pasado estos días, con cada kilómetro perfectamente indicado, con su altitud, lo que falta hasta la cima, y el desnivel medio del último kilometro.

Para ir concluyendo, fin de semana para recordar, con un etapón final de 110 km y 3000 metros de desnivel. Menos mal que quitamos Hautacam, respecto a los planes iniciales! Y 4 puertos BIG más al saco. Pero con la pena de no haber coronado Pic du Midi, una cima que desde ya pongo en la lista de cosas urgentes que hay que hacer.

domingo, diciembre 16, 2012

Listas, listas y listas de montañas

Es una constante en mi vida. Tengo que hacer listas para acordarme de todo. Síndrome del coleccionista podría denominarse. También colecciono montañas. Al principio era para subirlas en bicicleta, ahora también me sirve subirlas a pie o a medias en la bici y luego coronar a pie. Bajo mi punto de vista, subir una montaña y no coronarla no sirve de nada. Llegar arriba y no tener la foto en el cartel o en la cruz, tampoco.

Pic de l'Infern, Pirineos
No hace falta que diga cual es mi lista favorita de subidas por conseguir sobre la bicicleta. Es el reto BIG, sobre el que ya he escrito varias veces. Pero no es la única lista que circula por la red. De hecho hay un montón de listas por completar y retos por conseguir. Aquí van unos ejemplos:

- Reto BIG (Brevet International du Grimpeur) http://www.challenge-big.eu/ . Como digo, para mí la reina de las listas. Mi objetivo vital. 1000 cimas por coronar en bicicleta, 950 en Europa y el resto es libre, 10 en cada continente. La clave de su éxito es la lista cerrada. Nació en un país llano, Bélgica. Curioso.
Iseran, un sueño
- Reto CIMA (Certificado Ibérico de Montañas Ascendidas) http://www.altimetrias.net/cima/index.asp Es la versión ibérica del BIG. Integrado en la archiconocida página de www.altimetrías.net.

Peñahincada con dos maestros
- Club des Cents Cols http://www.centcols.org/ De hecho no es una lista, sino un reto que consiste en ir apuntándote todos los puertos que vas acendiendo a lo largo de tu vida. Muy familiar para los cicloescaladores, tiene su origen en Francia.
- UIC, Unione Internazionale de Cicloscalatori http://www.cicloscalatori.net/ . De nuevo, como en el caso de los Cent Cols, no ofrece una lista cerrada, sino que cada uno se anota las que hace. Por lo menos tienes que haber ascendido un 2000. Tiene su origen en Italia.
- Los mejores 50 puertos de los Alpes. http://www.lectio.es/los-50-mejores-puertos-de-los-alpes-en-bicicleta-110. Esto es un libro que pretende agrupar los mejores puertos de los Alpes. La lista completa podéis consultarla en este enlace: http://eltourmalet.blogspot.com.es/2012/09/editat-el-llibre-dels-50-millors-ports.html. Mi modesta opinión es que hay algunos puertos que deberían estar no entre los 50, sino entre los 10 mejores y no figuran en el libro, como el Furka, Nufenen, Susten, Grimsel, Rombo... Aunque ya se sabe que estas cosas son subjetivas, no creo que nadie que haya visitado esos puertos tenga una opinión diferente a la mía..

Como digo, todo eso es ciclista, pero ahora vienen más listas de montañas, aunque no tiene nada que ver con la bici. Son listas de picos que se deben subir a pie, siempre pos supuesto con medios no mecánicos. En concreto mi favorita es “El repte dels 100 cims” en Catalunya:
En el Matagalls.
- Repte dels 100 cims (reto de las 100 cimas). http://www.feec.cat/activitats/100-cims . Reto que sugiere la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya. Me encanta el concepto. No tienes por qué subirlos todos! De la lista de 175 cimas debes acreditar que has subido 100, y lo acreditas a través del presidente de tu Club Excursionista. Es asequible a todo el mundo. Es una lista con las principales montañas catalanas. Yo ahora estoy en ello, las cuento tanto si las he subido a pie como haciendo una aproximación en bici.
- No es exactamente una lista con unos criterios objetivos determinados, pero para mí el Libro de Francesc Muntadas y Jordi Lalueza es una lectura obligada para los amantes de la montaña, y a la vez una lista de 65 cimas catalanas que no te puedes perder: http://www.amazon.es/Cims-Catalunya-Francesc-Muntada/dp/8480903031
- Listas de tres miles en el Pirineo: http://www.pirineos3000.com/servlet/Lista_3000_Tresmil. Sólo tengo uno, el Aneto, pero muy valioso…
Cima del Aneto!
- Por supuesto, no podía faltar en este breve resumen la lista de las listas de los alpinistas, la lista de ocho miles. Famoso reto que han completado muy pocos alpinistas, entre ellos sólo 3 españoles, Juanito Oiarzábal, Alberto Iñurrategui y Edurne Pasaban. He aquí la lista: http://es.wikipedia.org/wiki/Ochomil

Hay muchas más listas que circulan por ahí, todas muy interesantes y muy sugerentes, esperando que los coleccionistas empiecen y acaben por subirlas todas.
Pero si os pensáis que tengo suficiente, pues va a ser que no. Echo de menos, por ejemplo, una lista de subidas catalanas interesantes para hacer en BTT.

Así que cada vez que tengo un domingo libre, tengo que subir una de esas montañas. A pie o en bici. Tengo que ir tachando cimas de cualquiera de esas listas, sea BIG, sea CIMA, sea del repte dels 100 cims o un 3 mil. Muchos planes, muchos picos por coronar y poco tiempo…

domingo, noviembre 25, 2012

Pailheres igual a Tour

(Publicado en el n.52 de la revista Pedalier)
Para mí Pailheres es igual a Tour.
Cada vez que lo he subido ha sido con motivo de la prueba francesa. Pailheres es un puerto muy cercano a Barcelona (escasas 3 horas) y cada vez que la grande Boucle ha llegado a Pailheres hay tal cantidad de catalanes en la montaña que... ¡casi llegamos al número de vascos! Es cuestión de llegar a Puigcerdà, en la Cerdanya, y allí ir hacia Ax les Thermes si queremos subir por esa vertiente, o bien hacia Les Angles (conocida estación de esquí para los catalanes) si queremos subir por Mijanes.

Es un puerto espectacular, especialmente por su vertiente más conocida y exigente de Mijanes, con una zona de curvas de herradura muy cerradas y vistosas en que la carretera gana altura rápidamente, y luego una zona preciosa, muy aérea con una vista que alcanza varios kilómetros, todo el final de la ascensión. El próximo Tour 2013 tendremos la fortuna de verlo otra vez, y de nuevo se sube por Mijanes.

En 2003 fue la primera vez que el Tour de Francia subía el puerto de Pailheres. Un puerto hasta ese momento desconocido para el gran público pero muy conocido para los estudiosos de los puertos duros y para los frikis de las altimetrías. El Tour, que no se ha distinguido últimamente por su afán innovador, no lo había subido hasta entonces.

Ese día nos acercamos con la grupeta y subimos por Mijanes un grupo muy numeroso y bajamos por el otro lado hacia Ax les Thermes después de coronar. Allí tenía a la familia ya preparada para subir a Ax 3 Domains, donde acabó la etapa. Solo que los gendarmes ya no nos dejaron subir (un clásico cuando uno va al Tour últimamente). Nos quedamos con los críos en Ax les Thermes (vaya ambientazo) a ver el paso de la caravana y de los corredores, saludándolos con aquellas manos verdes grandes que daba PMU, el patrocinador del maillot verde de la regularidad. Al final esa etapa la ganó Carlos Sastre, la famosa etapa que celebró con el chupete de su hija. Recuerdo la imagen de Carlos luchando escapado con su motor diesel a tope de revoluciones, mientras detrás Ullrich atacaba a Armstrong una de las pocas ocasiones en que le sacó de rueda y le arañó unos cuantos segundos.
Una vez acabada la etapa, la odisea fue la nuestra para salir de Ax les Thermes dirección Puigcerdà y regresar a casa. Menudo atasco.

El Tour regresa en 2005, aunque esta vez no pude ir a ver la etapa. La dupla Pailheres-Ax 3 Domains se vuelve a repetir. Si funciona, ¿para qué cambiarlo? El austríaco Georg Totschning fue el primero en la cima de Pailheres y también en la meta.

En 2007 también fui con mis hijos y unos amigos, aunque el plan era muy diferente a 2003. Dormimos en una tienda al lado de la carretera. Nos despertamos pronto. Dejamos los críos con las mujeres mientras Jordi y yo hicimos una vuelta chulísima con Pailheres y Pradel (otro puerto muy interesante, duro, de carretera estrecha, muy cerca, pero éste estaba desierto), con 80 km. La gente en Pailheres desde la cuneta nos aplaudía y animaba como hace con todos los cicloturistas que suben las horas previas al paso de la carrera. Bonito recuerdo, hasta que finalmente encontramos de nuevo las familias y pudimos esperar juntos la llegada de la caravana.
Esa etapa de 2007 terminó en Plateau de Beille, también muy próximo a Pailheres. Alberto Contador ganó esa etapa delante de Rasmussen, en un tete a tete de corredores que aparecieron con fuerza ese Tour de Francia por primera vez.
Fue el Tour de Contador, aunque más bien podría haber sido el Tour de Rasmussen...

La última vez que subí Pailheres fue el año 2010. La mejor de todas. Esa vez fuimos un grupito con varios chavales. Salimos de Barcelona y nuestro destino inicial era Querigut, cerca de Mijanes. Ahí cogimos las bicis y la idea era subir Pailheres hasta arriba y luego bajar tranquilamente hasta alguno de los puntos panorámicos que caracterizan Pailheres. Mis hijos iban con la BTT. De nuevo nos encontramos un gran ambiente durante toda la subida. Dos gemelos de 10 años, vestidos igual, subiendo de pie, picados como siempre, por unas rampas duras de verdad.... El resultado es evidente. La gente que está esperando en la cuneta pasando el tiempo mientras llega la caravana, si ya anima a los cicloturistas cuarentones imaginad lo que anima a dos niños que suben. “Bon courage!”, “Allez le petit!”, “Bravo!”. Incluso nos coge por detrás uno de los primeros coches de la caravana y se pone detrás de los críos animando con su altavoz y contagiando al público. Hay gente que los quiere empujar para ayudarles y yo les digo que no, que tienen que subirlo solitos, que tienen fuerzas de sobra. Emocionante es la palabra más modesta para definir lo que viví ese día. Yo iba detrás de ellos, grabando en video todo el ambiente para recordar luego cada detalle de ese día tan especial.  La subida se me hizo muy corta, y a mis hijos más, a pesar de la dureza de Pailheres. Se sintieron por una vez (¿por primera vez?) como profesionales en la etapa reina del Tour, kilómetros enteros de gente aplaudiéndolos... Coronamos poco antes de que los gendarmes cortaran el tráfico, con el tiempo justo para bajar unos cientos de metros y buscar una de esas curvas donde se puede ver una parte importante de la ascensión. Muchas emociones ese día, los aplausos del público, los regalos de la caravana, el paso de los ciclistas... Un gran día sin duda para ellos y para mí.

Ese año 2010 la etapa terminó otra vez en Ax 3 Domains (como en 2003) y el ganador fue Cristophe Riblon, un semidesconocido ciclista francés del equipo AG2R, superviviente de una escapada madrugadora, mientras los jefes de filas se observaban por detrás.

En 2013, el Tour regresa de nuevo a Pailheres y de nuevo media Catalunya ciclista estará ahí, de nuevo la etapa terminará en Ax 3 Domains. De nuevo con mis hijos y la gente animándolos a pie de carretera como si fueran campeones. Hay rutinas que no cansan y esta es una de ellas. Vive Le Tour!

domingo, noviembre 18, 2012

Mente y Portet d’Aspet, por sus víctimas les conoceréis

(Publicado en el n.52 de la revista Pedalier)
Esta es la historia de dos puertos pirenaicos que se han hecho famosos por dos caídas.
No son puertos especialmente duros, ni especialmente altos. Son dos puertos que se enlazan uno tras otro en una típica etapa pirenaica de Tour. Casartelli y Ocaña. Dos corredores de final trágico. Uno muy joven, Casartelli, murió sobre el asfalto de Portet d’Aspet en el Tour de 1995, Ocaña sobrevivió a la caída del Tour de 1971 en Col de Mente, pero ese Tour, que debió haber ganado, se le escapó de las manos por culpa de la caída. La tragedia le esperaba en forma de suicidio el año 1994.

En mi experiencia personal, Portet d’Aspet fue el principio de todo. El primer puerto de la primera etapa de mi primera excursión a la búsqueda de puertos famosos. Después de  muchos años de “teórico” de los puertos, de análisis de mapas, de altimetrías, de páginas web, llegó el momento de vivirlo en primera persona.

Era el año 2003 y en el Esport Ciclista Sant Andreu montamos una excursión conjunta con la A.C.Montjuic. Nos juntamos más de 20 ciclistas para hacer tres etapas “de Tour” y celebrar de esta forma el centenario del Tour de Francia (1903-2003). Llegamos a Saint Girons en autocar y al día siguiente teníamos una etapa con Portet d’Aspet, Col de Mente, Portillon y Superbagneres de postre para los más fuertes.
Siendo tanta gente en el primer puerto un grupo grande se despistó y pasó de largo el desvío para Portet d’Aspet. El resto, coronamos, hicimos la foto de rigor y bajamos un par de kilómetros con mucha pendiente (hasta el 17% según las señales de tráfico) hasta el monumento a Casartelli, uno de los momentos más emocionantes de toda la excursión cicloturista por los Pirineos. Yo sufría por si tendríamos tiempo de parar y dedicarle el tiempo que merece un tesoro cicloturista como ese, pero en realidad el tiempo que pudimos dedicarle fue más que el necesario porque los compañeros extraviados tardaron un buen rato en coger la ruta buena, subir el Portet y encontrarnos.  Luego siguió Col de Mente y el resto ya todos juntos. Fue un día largo que acabó en Superbagneres en ese extraño macrohotel de vistas acojonantes.

Después de Pirineos 2003, vino Alpes 2004, Dolomitas 2005, Flandes 2006, Valonia 2007, Barcelona-Tourmalet 2007, Alpes 2008, San Remo 2009, Alpes 2010, Dolomitas 2011 y por fin Suiza 2012. Pero todo empezó en Saint Girons, y en Portet d’Aspet...

Portet d’Aspet

El Col de Portet d'Aspet se ascendió por primera vez en el Tour de Francia en la edición de 1910, y ha aparecido regularmente desde entonces. Las caídas han acompañado sus apariciones en el Tour (y en Tour del Porvenir) y una de las primeras fue la de Raymond Poulidor, que en el Tour de 1973 tuvo que abandonar por una caída en el Portet d’Aspet que casi le cuesta la vida. Eso le impidió dar la réplica a un intratable Ocaña.

Pero el día que esta ascensión pasó a la historia negra del Tour fue el 18 de Julio de 1995, cuando encontró la muerte el campeón olímpico en Barcelona 92, Fabio Casartelli. La etapa reina del Tour 95 (Sant Girons-Cauterets Pont d'Espagne de 207 km.) iba a ser una crónica negra. Nada importaba ya desde lo que ocurrió en el kilómetro 34. Bajando el Portet d'Aspet se produce una caída. Allí perdía la vida el italiano Fabio Casartelli. "He visto durante 5 minutos a Fabio morir delante de mí", decía entre lágrimas Johan Museeuw, que fue otra de las victimas de la caída. Perini, Breukink, Baldinger y Dante Rezze también se vieron involucrados. Este último, cayó a un barranco de más de 10 metros. "Estábamos en pleno descenso. Ibamos muy rápidos. Bajábamos en fila india cuando ocurrió la caída en una curva. Quise tirarme a tierra, pero estaba situado en mal sitio y no pude evitar ir directo contra el mojón. Salté de cabeza al barranco en una caída de unos 12 metros... Abajo había piedras. Mi cabeza chocó con ellas y me herí por todo el cuerpo, aunque el desgarro más fuerte me lo hice en la pierna... Cuando bajaron a ayudarme y me levanté me hicieron más daño que otra cosa. Tardé una media hora en subir a la carretera. Intentaron llevarme en brazos, izarme con una cuerda... Cuando me montaron en la ambulancia pregunté por qué no nos íbamos. Me dijeron que un ciclista estaba siendo evacuado en helicóptero y pensé que tenía que ser grave. Me dijeron que estaba en coma y pensé en que podría haber sido yo".

Aunque Casartelli estaba acostumbrado a usar casco (por aquel entonces no era obligatorio), dos factores podrían haber conducido a su decisión de no utilizarlo cuando comenzó el descenso del Portet d'Aspet. El primero era el calor extremo en los Pirineos. El segundo era que tras un descenso corto como el Portet d'Aspet estaba la subida al col de Mente. Y quizás Fabio pensó que por unos minutos no valía la pena usar el casco. Esa decisión seguramente le costó la vida.

Aquella etapa finalizó con la victoria de Richard Virenque, ajeno a lo que se había producido por detrás. Al día siguiente, en la etapa Tarbes-Pau los corredores no disputaron la etapa en memoria del desaparecido Fabio. Un minuto de silencio en la salida y emoción contenida en la llegada, con los Motorola entrando destacados ocupando todo el ancho de la calzada. Un último adiós para un joven de 24 años, campeón olímpico en ruta en los JJOO de Barcelona que dejó esposa y una hija de pocos meses. Un día más tarde, un jovencísimo Armstrong ganaba en Limoges destacado, señalando con los índices hacia el cielo dedicando con ese gesto la victoria a Casartelli. Mucho antes de su enfermedad Armstrong homenajeaba con su victoria a su ya ex-compañero de equipo.


Unos años más tarde se erigió el monumento en memoria de Fabio Casartelli en un punto cercano al de su caída, aproximadamente a dos kilómetros de la cima del Portet d'Aspet. Este monumento representa un reloj con tres símbolos: el alfa que representa la fecha de nacimiento de Fabio, los anillos olímpicos que representan su medalla de oro en Barcelona’92 y la omega, que representa la fecha de su muerte.
Todo ello con la inscripción “L’heure s’enfuit, la vie s’arrête, la gloire relui”. (El tiempo vuela, se detiene la vida, la gloria brilla).

Col de Mente
"Los Pirineos contaban con un gran menú de puertos en 1971, la 14ª etapa, entre Revel y Luchon de incluía la subida a los cols de Portet d'Aspet, Mente y Portillon. La ventaja con la que Ocaña llegaba a ellos (7'23" sobre Merckx) se antojaba más que suficiente. Camino de Luchon, el belga lo intentó una y otra vez bajo un sol de justicia que fue la tónica de esa edición. La ascensión del col de Mente, con Fuente escapado, resultó ser una sucesión de demarrajes de Merckx que tuvieron siempre la constestación del líder. El calor era sofocante y la tormenta parecía inevitable. Nada más cruzar la cima, el belga se lanzó a tumba abierta sabedor de que bajaba mejor que el conquense. La tormenta estalló entonces con una virulencia inusitada. La carretera se convirtió entonces en un auténtico río y los corredores, con los frenos inutilizados, trataban de frenar con el pie para evitar las caídas, que sin embargo fueron numerosísimas. Fuente se fue al suelo en numerosísimas ocasiones pero pudo llegar a la meta en solitario.
Merckx se salió en una curva y Ocaña se fue tras él. El belga tuvo que poner en su sitio la cadena de su bicicleta antes de continuar el temerario descenso en el que cayó otras dos veces. Por su parte, Ocaña había roto una rueda y la reemplazó rápidamente por una de De Muer. Cuando iba a salir en persecución del belga, Zoetemelk surgió del manto de granizo que se abatía sobre el Tour y, sin poder girar, siguió en linea recta hasta chocar con él. Ocaña ya estaba inconsciente en el suelo cuando Agostinho siguió el mismo camino y le golpeó. El caos fue total y hasta un motorista de la TVfrancesa cayó sobre los que trataban de auxiliarle.
Fue necesaria una terrible tormenta y un cúmulo de adversidades para conseguir lo que ningún hombre había logrado en ese Tour de 1971: derrotar a Luis Ocaña."
(Ciclismo a Fondo 114, Abril de 1994)

Pero no penséis que la caída de Ocaña ha sido la única en el descenso de col de Mente. En las fotos de la izquierda podréis ver cómo quedó tras caer, en el mismo col de Mente, un jovencísimo Francisco Galdós en el Tour de 1969.

viernes, julio 24, 2009

Circos de Troumouse y Gavarnie, Col de Boucharo

Uno de los paisajes más bonitos que he visto nunca sobre la bicicleta me lo ofreció el Pirineo este pasado puente de San Juan. Después de un par de etapas muy interesantes subiendo puertos desconocidos para mí como Lac d'Aumar, Pla d'Adet o Luz Luz Ardiden, el tercer día teníamos en el menú la subida a Gavarnie y el Circo de Troumouse. Y la verdad es que lo vivido superó con mucho las expectativas que teníamos.

Desde Luz Saint Sauveur, donde dormimos, salimos a toda pastilla en dirección a Gedre por un falso llano que realmente forma parte de la subida, pero que al estar al principio de la etapa invitaba a correr. Una buena carretera junto al río que va ganando altitud poco a poco. Después de pasar por Gedre está la bifurcación entre Gavarnie y el Circo de Troumouse. La idea es llegar hasta Gavarnie y luego continuar hasta el puerto de Boucharo (o Bujaruelo en español) hasta completar los 31 kilómetros de subida desde Luz.

El paso por Gavarnie nos deja unas imágenes impresionantes del mismo circo de Gavarnie que podéis ver en la foto. Un impresionante salto de agua de 400 metros es visible desde el pueblo. Nos dicen que es el mayor salto de agua de toda Europa. En el video de youtube podéis ver esta maravilla:



Una vez pasado Gavarnie hay que seguir las indicaciones hacia col de Boucharo, por una carretera preciosa con una buena panorámica del circo, pero que poco a poco se desplaza hacia la derecha para ir a buscar el paso hacia España que es Boucharo. Pasamos por las pistas de esqui de Gedre y tras unos kilómetros bastante duros nos deja en el parking a partir del que ya no pueden circular los coches. Faltan un par de kilometros para que el asfalto desaparezca y corone el puerto, pero unas rocas enormes impiden el paso de los coches. Los desprendimientos han dejado muchas rocas en la carretera, que no sólo impiden el paso de los coches sino incluso de las bicis. Hemos de desmontar de la bici para poder completar la ascensión y buscar un cartel que dé fé de nuestra llegada al Puerto de Bujaruelo (2.273 metros).


Podéis ver la altimetría de este puerto aquí: http://www.altimetrias.net/aspbk/verPuertoF.asp?id=13

Rapidísimo descenso hacia Gedre y vamos a buscar el segundo circo del día, el Circo de Troumouse. Una ascensión también sin salida que nos ofrecerá un paisaje alucinante, precioso, como véis en la foto de abajo. La carretera es muy solitaria al ser de peaje, por lo que aún podremos disfrutar un poco más de la vista e incluso del oído, del silencio más exactamente (en el Lac d'Aumar ya habíamos encontrado otra carretera de peaje).


Aquí podéis ver el perfil de la ascensión y una detallada descripción de la misma
http://www.altimetrias.net/aspbk/verPuertoF.asp?id=11
Al final, tras regresar a Luz salen aproximadamente 100 kilómetros muy muy completitos, duros de verdad pero sobre todo, tremendamente bellos. No os lo recomiendo, os digo que es una obligacíón hacerlo para todos aquellos que nos gusta la montaña en bicicleta.