Después de haber subido al Aneto hace poco, me quedé con las ganas de subir a Cerler, habiendo visto el desvío a esta conocida estación de esquí, de camino a Llanos del Hospital.
Nuestra salida se iba a completar con la ascensión a un coloso semidesconocido, como es el Puerto de Sahún, que es la pista (sí, pista!) que une la población de Chía con Plan (pueblo famoso por la caravana de mujeres que se desplazó allí para encontrar pareja entre los solteros del pueblo).
El “maestro” Angel Morales nos citó en Castejón de Sos, desde donde afrontaríamos los dos puertos: Sahún, que empezaba en Castejón mismo, y Cerler, que empieza pasado Benasque, unos
En el camino a Benasque me da tiempo a analizar las bicicletas con las que hemos acudido a la cita: una BTT con suspensión delantera con slicks (la mía), una BTT rígida con neumático estrecho, una bicicleta de ciclocross y una bicicleta de carretera montada con neumático de ciclocross. Una variedad de bicicletas provocada por el sospechoso estado de Sahún, pero que en el camino y la propia subida a Cerler, no tenía mucho sentido, puesto que el estado de la carretera es perfecto.
La subida a Cerler son doce kilómetros de irregulares rampas. El principio es muy duro, donde se suele hacer la selección cuando llega una carrera profesional. Al paso por el pueblo de Cerler (pueblo más alto del Pirineo, según reza un cartel a la entrada del pueblo) hay un pequeño descanso. Poco después pasamos por un cuartel del ejército para esquiadores escaladores. Después de otra dura rampa, nuevo descanso (vaya, franca bajada, con la bici a más de
Cerler ha sido escenario de numerosos finales de etapa en
Tras coronar Cerler, bajada muy rápida no sólo hasta Cerler sino ya hasta Castejón, siempre tirando hacia abajo. De repente, tomamos el desvío a Chía donde empieza la vertiente este de ese desconocido llamado Puerto de Sahún.
Un kilómetro a más del 10% nos anuncia que no va ser tarea fácil coronar. No lo será. Nos espera una subida realmente dura, de más de
Y no será hasta el descenso de Sahún cuando le saco todo el partido a la suspensión delantera de mi BTT bajando como una moto, mientras las bicicletas de ciclocross tienen que bajar mucho más despacio jugándose el físico en cada curva. El estado de la pista parecía mucho peor de bajada que de subida, y hay que decir que también parecía todavía más dura de bajada…
Ya que no conseguía coronar los puertos delante, por lo menos en la bajada sí que me tomé la revancha…