sábado, mayo 09, 2009

Maraton de los Monegros, otro reto conseguido



Puesto que un día tengo la ilusión de correr la Titan Desert, pensé que correr la Maraton de los Monegros era una buena forma de empezar a familiarizarme con el desierto. Para uno como yo que está acostumbrado a correr en carretera, no debía ser excesivamente complicado hacer los Monegros, que tiene una dificultad técnica nula, aunque de todos los tópicos que leí antes de disputarla (este era uno de ellos), unos cuantos fueron cayendo por el camino.

Me sorprendió poder inscribirme sin dificultad, en una prueba mítica como esta, que forma parte del Circuito Aventura de Orbea. Más en en estos tiempos que el auge del deporte popular hace imposible acceder determinadas competiciones. Pero como digo no fue el caso, y tanto yo como mis compañeros pudimos inscribirmos sin dificultades, aunque es cierto que pocos días antes se llegó al tope de 1500 inscritos que había puesto la organización.

El hecho de que la salida sea a las 14,00, algo nada habitual en las pruebas populares de bicicleta, fomenta la épica del calor extremo. Si bien es cierto que se celebra en el mes de mayo y que este año las lluvias han sido generosas, os aseguro que a las dos de la tarde en los Monegros pega un buen calorcito.

Por tanto, igual que muchos otros catalanes, ahí estábamos saliendo el sábado por la mañana sin excesivas prisas, para llegar con tranquilidad a Sariñena, con tiempo suficiente para recoger los dorsales, los regalos (unos pobres calcetines!) y para comer un poco. No era cuestión de entretenerse y llegar justos a la salida, puesto que si en una marcha de carretera ya es complicado ir adelantando posiciones, mucho más en BTT, en pista de tierra, por ancha que ésta sea. O sea que a falta de media hora ahí estábamos bastante adelante, encontrando y saludando a gente conocida.

Se da la salida, vueltecita por Sariñena para conocer el pueblo y corre corre que te pillo. Del temido polvo, hay que decir que no supuso el más mínimo problema (primer tópico que se fue al traste), aunque en la salida ví a gente con mascarilla de esa de la nueva gripe, je.

Los primeros 50 kilometros pican ligeramente para abajo y llego al kilometro 50 con una media de 25 km/hora, lo que no está nada mal pensando que hablamos de pistas para BTT, anchas y en buen estado, pero pistas al fin y al cabo. A partir de ahí, ya nos habian avisado en la salida que tendríamos el aire en contra. No es que soplara demasiado aire, era de ese que no se nota cuando sopla a favor pero sí cuando sopla en contra…


En ese giro de 180 grados se halla el segundo avituallamiento. Voy tan bien que ni paro, aún llevo barritas en el bolsillo. En muchos momentos me he sentido que iba muy rápido, ayudado por un neumático trasero casi liso que monté para la ocasión. Unicamente temía que pudiera pinchar… Y efectivamente aparece Murphy y pincho, pero no atrás en el neumático liso, sino adelante, en el tubeless montado con cámara. Aunque soy muy despistado y nunca llevo el material adecuado, en esta ocasión parece que lo podré hacer todo solo. Hasta que intento hinchar con la mancha y como si nada. Después de ver pasar innumerables grupos decido pedir una mancha con la que finalmente solvento el tema (qué mal me sabe parar a alguno por la dejadez propia).

Ahora parece que se me junta todo: desmotivación por el pinchazo (con lo bien que iba!), principio del segundo puerto de la jornada (vaya puerto más pestoso, con innumerables rampas y descansos, no muy duro pero muy pesado) y la pájara que empieza a asomar.

El segundo tópico sobre los Monegros (que era totalmente llana) también empieza a desmoronarse.

El panorama se complica y ya veo que me va a costar llegar. Ni siquiera una vez coronado el puerto la cosa se arregla, porque entre que el terreno pica para arriba y el airecillo, aquí hay que dar pedales todo el tiempo y no despistarse. En los últimos kilómetros me pasa hasta el apuntador y finalmente llego a la meta con un tiempo de 5h 22 minutos, que hubieran podido ser 5 horas sin el pinchazo. En fin, qué le vamos a hacer.


Una vez en la meta es el momento de la ducha (menuda excursión para localizar las duchas, con lo harto que ya estaba de bici), de la anunciada fideua (sin comentarios, qué difícil debe ser hacer fideua para 1500) y de atender al verdadero acontecimiento del día: el Madrid – Barça. El histórico 2-6 me curó todos los males y mis gritos se debían oir a kilómetros a la redonda.

Bonita experiencia aunque no sé si vale la pena repetir… (bueno, lo del derby sí)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los topicos se cumplieron,lo de la mascarilla es por el polvo, ya lo vistes, 6 horas a toda maquina, yo no pinche en las ruedas...yo en las piernas.
Creo que repetire(ahora hay la Bardenas Reales del mismo estilo..pero mas lejos)
Lo de deconstruccion de fideua y los calcetines...BLANCOS!!!. un acierto