lunes, septiembre 15, 2014

Reunión BIG en Catalunya: un encuentro de viejos amigos

Fotos de Sergi Ros. www.rosdemora.com
(Publicado en el n.3 de la revista Ziklo)

Muchos de vosotros ya conoceis El BIG (Brevet Intertational du Grimpeurs o Asociación Internacionals de Escaladores). Una asociación de gente que intenta conseguir el reto de subir las 1.000 subidas más emblemáticas de Europa (y algunas de las más importantes a nivel mundial).

Asociación nacida en Bélgica hace más de 25 años y que poco a poco ha ido creciendo hasta los más de 4.950 miembros actuales (final de Julio de 2014), entre los que se cuentan 361 españoles. La mayor parte de ellos son europeos, destacando la gran cantidad de holandeses y belgas que se unen a este reto.

Cada año se hace una reunión con objeto de subir la mayor cantidad de BIGs (subidas catalogadas en la superlista de 1000) y para conseguir que los miembros de la asociación se conozcan, compartan experiencias y se reúnan físicamente alrededor de una mesa y sobre la bicicleta para disfrutar conjuntamente de su pasión ciclista. Los últimos años estos encuentros han tenido lugar en Flandes (2008), Oberstdorf (Alemania) en 2009, Yorkshire (Inglaterra) en 2010, Córcega (2011), montañas del Tatras (Republica Checa-Polonia) en 2012 y Ardenas (Bélgica) en 2013. Este año tocaba en Catalunya y la verdad es que preparamos un buen menú de montañas para nuestros invitados europeos.

El programa incluía las principales subidas catalanas incluidas en la superlista de 1000 subidas:
Primer día: Turó de l’Home y Coll Formic
Segundo día: Bracons y Vallter 2000
Tercer día: Rassos de Peguera y Coll de Pal
Cuarto día: El Cantó y La Bonaigua
Quinto día: Llac de Sant Maurici y Montserrat

Asímismo, hay numerosas subidas cercanas que los asistentes a la reunión podían intentar realizar, antes, durante o después de la reunión: Tour de Madeloc (en Banyuls sur Mer), Coma Morera (cerca de Puigcerdà), Portillon (Bossost) o todas las subidas andorranas. Estos encuentros se caracterizan por la libertad con la que cada uno se mueve. A diferencia de los stages tradicionales a los que estamos acostumbrados, donde todos los ciclistas van más o menos agrupados haciendo exactamente el recorrido propuesto, las reuniones del BIG se caracterizan por la autonomía de cada participante en función de sus fuerzas o de sus intereses personales. En este caso teníamos 3 asistentes que iban con sus mujeres en autocaravanas y que funcionaban por libre. También tuvimos la asistencia de numerosos miembros catalanes del BIG que en algún momento participaron de la reunión haciendo alguna de las subidas propuestas.

El primer día ya se sabía que nos íbamos a mojar. Desde mucho antes, las previsiones de ese primer día eran horrorosas, y se confirmaron. Uno de los puertos más duros de Catalunya como es el Turó del Home se tendría que subir con lluvia desde el minuto uno, y con las condiciones adversas que hay a 1.700 metros, os podéis imaginar. Los asistentes catalanes renunciamos a subir y preferimos hacer de asistencia a los miembros lejanos que no iban a dejarse intimidar por un poco de agua después de viajar 5.000 km… Personalmente tengo el Turó del Home a tiro de piedra y lo puedo hacer cualquier día…
Las condiciones mejoraron tras el descenso del Turó y se pudo afrontar Coll Formic sin lluvia, con unas condiciones mucho mejores. El primer día había sido duro para aquellos que querían hacer el programa a toda costa.

El segundo día incluía las ascensiones a Bracons y Vallter 2000, las dos subidas gerundenses por antonomasia. Bracons, muy conocido por todos los cicloturistas catalanes por su inclusión en la marcha cicloturista Terra de Remences, y Vallter 2000, también muy conocido por su inclusión en las últimas ediciones de la Volta a Catalunya y en la Marxa 100% Tondo. Esta vez el habitual mal tiempo de Vallter no apareció y pudimos disfrutar de una subida sin agua ni excesivo frío, e incluso diría que con algo de viento de cola. Vallter 2000 siempre es un reto y coronarlo supuso el primer contacto de nuestros visitantes con una cima de más de 2000 metros en el pirineo catalán.

Hay que decir que la logística de todo el encuentro era sencilla. Al tratarse de una ruta itinerante, todo mundo debía tener coche para trasladarse de un punto a otro, y también de la base de un puerto al siguiente. Se trataba de optimizar el espacio y meter en los coches 3 ó 4 personas y bicis. Como veis, toda la organización muy casera, puesto que se trata de una asociación sin ánimo de lucro, sino únicamente la voluntad de difundir la pasión por la escalada en bicicleta. A veces es gratificante reencontrar estas salidas “entre amigos” frente a las salidas cada vez más profesionalizadas que podemos encontrar hoy día.

La tercera jornada tenía en el menú dos colosos del Berguedà como son Rassos de Peguera y Coll de Pal. Habiendo dormido en Berga, la subida a Rassos se hizo a primera hora, tras desayunar. Allí nos acompañaron nuevos amigos venidos de Francia y de Holanda, que se unieron temporalmente al encuentro, de tal manera que la foto de grupo en el cartel de Rassos fue la más numerosa de toda la reunión. Los niveles de los asistentes eran muy diferentes, de tal manera que los que iban más despacio salieron un tiempo antes y así la reunión para la foto no se tuvo que hacer esperar demasiado.

Esa es otra de las características de los encuentros del BIG. Las velocidades son muy diferentes y casi diría que la rapidez o la velocidad son secundarias. Es más importante charlar con todo el mundo, ejercer de cicerones con los visitantes y que todo el mundo se sienta a gusto. Compartir experiencias con cualquiera de los asistentes es un privilegio. Gente con un curriculum escalador que no deja indiferente a aquel que le apasione subir montañas en bicicleta.

Tras Rassos de Peguera venía Coll de Pal. Un señor puerto. Un puerto con mayúsculas que esta vez tenía el aliciente de que el miembro del BIG y también colaborador de esta revista Angel Morales iba a subir por 25ª vez este año, lo que le acredita como padrino de la subida. Un verdadero experto en los Alpes, un profundo conocedor de las montañas más duras de todo el mundo y que al final es el padrino de la subida que hay en la puerta de su casa. Subir con Angel es siempre un privilegio, y esta vez, con sus perfectas y detalladas indicaciones, incluso el coloso de Coll de Pal se hizo menos duro.

La cuarta etapa tampoco tenía desperdicio. Tras un largo traslado en coche y tras dormir en Sort (el afortunado pueblo ilerdense donde “La Bruixa d'Or” es la verdadera atracción), ese jueves íbamos a subir Coll de Cantó y la siempre imponente Bonaigua,que con sus más de 2000 metros, es siempre uno de los puertos catalanes con problemas por la nieve en invierno.

El puerto de Cantó se hizo con viento de cola, un puerto con bastante tráfico, con una carretera muy ancha y en muy buen estado. Otro de los puertos clásicos catalanes que aunque a los que vivimos en la capital catalana nos cae algo lejos, siempre buscamos alguna excusa para poder subirlo. Por ejemplo, una excelente excusa es año tras año la Pallaresa, marcha cicloturista que desde Tremp hace un bucle con Cantó y Boixols. Recomendable.

Y si Cantó lo subimos con el aire a favor, la Bonaigua tocaba subirlo con el aire en contra. El puerto, ya de por sí interminable, con el añadido del aire en esas rectas larguísimas por la vertiente d'Esterri d'Aneu, se convirtió en uno de los cocos del encuentro. Pero eso sí, en la zona de curvas más entretenida, y cerca de la cima, el sol lucía radiante y pudimos disfrutar de una buena sesión de fotos una vez coronamos. Este día la nota diferente la puso Luigi, nuestro joven acompañante italiano (joven de espíritu, con sus 67 años) no tuvo bastante con el menú propuesto, sino que tras empezar antes que el grupo, se fue hasta Bossost donde subió el Portillon, otro puerto en la lista que le faltaba. Un día bien aprovechado para Luigi con 3 BIGs al zurrón!

Ya sólo quedaba el último día, con la dura subida al Llac de Sant Maurici, una subida también en la zona de Sort que vale la pena conocer. Nuestros visitantes alucinaron con sus rampas y con las vistas de “Els Encantats” (famoso pico del Parque Nacional d'Aigüestortes, visible desde el Llac de Sant Maurici). Regreso rápido a los coches y vuelta a Barcelona, donde el segundo sector de la etapa implicaba subir a la montaña de Montserrat. Un final mágico, un buen colofón para una reunión de amigos del cicloturismo y de la escalada. Un final con mucho calor, Montserrat en el mes de Julio a primera hora de la tarde es así, pero otra de las características de estos encuentros es que hay que aprovechar el tiempo como sea.

Viernes por la tarde, ya habíamos completado el programa ciclista, pero aún algunos de nuestros acompañantes seguían su viaje. Algunos con visita turística a Barcelona durante un par de días, otros dirección al Pirineo a seguir escalando BIGs y otros incluso dirección a Asturias.

Es lo que tiene la magia del BIG. Nos hace ser viajeros, curiosos e incansables. Lo que para la mayoría de mortales sería de locos, para nosotros es lo normal: ese frenesí de coche, sacar la bici, subir un puerto, bajar, volver a coger el coche y hasta el siguiente destino, dos, tres o cuatro veces al día. Puertos hay muchos y vacaciones hay pocas. O dicho de otro modo, la vida es corta.

¿Quién se anima a apuntarse al BIG? ¿Alguien tiene curiosidad por visitar Grecia en bicicleta el año 2015?