Cabo da Roca, el punto más occidental del continente europeo |
Quizás porque está aquí al ladito, o
incluso porque sea competencia directa de nuestra oferta ciclista,
Portugal no ha sido nunca un destino muy popular para los
cicloturistas españoles (especialmente para los catalanes). Y sin
embargo se trata de un destino ciclista muy apetecible especialmente
en invierno, cuando tenemos que buscar el sol y el buen tiempo que
nos falta en el norte de la península.
Ya no sólo a nivel cicloturista, sino
a nivel histórico y cultural, Lisboa es un destino de primer nivel.
La cantidad de alicientes que tiene
Lisboa es enorme, la Torre de Belem, el Monasterio de los Jerónimos,
la Monumento a los descubridores o el barrio de la Alfama son sólo
algunas de las atracciones que no nos podemos perder. Me sorprendió
el hecho de que el área metropolitana de Lisboa, con 4 millones de
habitantes, suponga nada menos que un 20% de la población total de
Portugal, lo que da una idea de la concentración de población en la
metrópilis y la despoblación de buena parte del territorio rural
portugués.
La comida es, por descontado, otro gran
aliciente. No sólo el Bacalhau (bacalao, por supuesto), sino también
el caldo portugués, la francesinha, todo ello es una garantía de
que vamos a comer bien! Los vinos son también de una calidad
incontestable: Albariño, vino de Alentejo en el sur o vino verde en
el norte.
El clima es francamente benigno incluso
en invierno. Nosotros tuvimos 4 de 5 días ideales para el turimo y
las actividades deportivas. Solamente uno encontramos lluvia y algo
de viento (el aire puede llegar a ser un problema). En Enero, por
ejemplo, la temperatura media es de 10º, lo que no está nada mal.
La proximidad de mar hace que el clima sea normalmente suave. Por lo
que respecta al tiempo en verano, sería recomendable evitar los
meses de más calor, no sólo por el tiempo sino también por el
tráfico que se incrementa notablemente.
Lisboa será siempre para nosotros el
lugar mágico del segundo Mundial de Freire, con la subida a Sefarina
y con un circuito bastante duro, como no podía ser de otra forma en
Lisboa, la otra ciudad de las siete colinas, donde no hay mucho
llano, excepto en la ribera del río Tajo, lugar ideal para un
ciclismo relajado y tranquilo.
A nivel estatal, también hay que
destacar que Lisboa fue el lugar de inicio de la Vuelta a España de
1997 (para promocionar la Exposición Universal de Lisboa que se
realizó en 1998. Fueron 3 las etapas disputadas en Portugal
(Lisboa-Circuito de Estoril, Évora-Vilamoura y Loulé-Huelva). Al
final ese año el triunfo fue para el suizo Alex Zulle.
Monumento dedicado a Agostinho en Torres Vedras |
Pero ciclismo en Portugal es igual a
Agostinho, el longevo ciclista luso con una muerte prematura, todavía
sobre la bicicleta (cayó en la Vuelta al Algarve un 1 de Mayo de
1984, muriendo 10 días más tarde tras no poder superar el coma que
le provocó la caída). Ciclismo en Portugal es también la Volta a
Portugal (la Grande) con mucho calor en el mes de Agosto.
Con el Castillo da Pena al fondo |
La primera salida ciclista que hicimos
fue a Sintra, declarada en 1995 Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO. Salimos de Cascais y siguiendo la costa pasamos por la famosa
playa de Guincho (donde els surf es muy popular) antes de adentrarnos
en la zona de Sintra con unas subidas muy interesantes (duras) que
tienen como punto culminante el curioso y multicolor Palacio da Pena.
Una zona muy interesante, con carreteras estrechas y numerosos
palacios y monumentos que adornan el recorrido (Palacio de Seteais,
Parque de Monserrate). El punto culminante de la ruta que hicimos,
además de Sintra, fue el Cabo da Roca, el punto más occidental del
continente europeo.
La segunda salida frustrada era a
Montejunto, que yo incluía en el pack con la cercana Óbidos, y con
inicio en la localidad natal de Agostinho, Torres Vedras, donde al
mítico ciclista le han dedicado un par de monumentos (ver foto).
Impresionantes vistas desde la Serra da Arrabida |
El segundo día real de bicicleta
sirvió para descubrir la fantástica Serra de Arrabida. Una
maravillosa carretera costera con magníficas vistas y donde se ubica
el Monasterio da Arrabida. Existen 3 vertientes interesantes, la más
próxima a Lisboa (Azeitao), la subida desde Setúbal y por último
quizás la más dura desde la playa de Galapinhos. El punto más alto
de la carretera se encuentra a 491 metros, con magníficas vistas
sobre el mar y la península de Troia (al otro lado de la bahía).
Por cierto que una de las marchas más populares en Portugal es la
Troia-Sogres, con casi 200 km siguiendo la costa en dirección sur
hasta el punto mas septentrional de la costa atlantica de Portugal.
Curiosa vista de las torres que pertenecen al Monasterio de Arrabida |
A nivel cicloturista Portugal supone
una competencia muy clara a la oferta española. En concreto el
Algarve es una zona que se está desarrolando mucho y no por
casualidad se celebra allí la ya conocida carrera profesional Volta
ao Algarve http://voltaaoalgarve.com/
en el mes de Febrero (categoría 2.1 del Europa Tour), y que tambien
tiene su versión cicloturista, como no podía ser de otro modo, que
disputa el 17 de Febrero de 2018 desde Tavira.
El tema de las marchas cicloturistas
también se está desarrollando a gran velocidad en Portugal. En
concreto este año se celebrará la Granfondo Lisboa
https://www.granfondolisboa.com/
el día 22 de abril de 2018 con 136 km de distancia
También la Gran Fondo New York
https://gfny.com/gfny-world/gfny-portugal/
ha llegado a Portugal, y se celebrará el día 9 de septiembre de
2018 desde Cascais, con 160 km de recorrido y más de 2.000 metros de
desnivel, con un recorrido similar a la Granfondo Lisboa, pasando por
Sintra y subiendo por la costa atlántica. No es casual que también
sea Cascais donde se celebra el Ironman 70,3 el día 30 de Septiembre
de 2018, en un recorrido ciclista que pasa por el circuito de Formula
1 de Estoril. Gran destino Cascais pues para ciclistas y triatletas.
En resumen, la bicicleta es una gran
excusa para viajar a Portugal y redescubrir todos los monumentos y
toda la historia del país vecino. La época dorada del siglo XVI
cuando sus navegantes descubrieron medio mundo. Su comida y sus
vinos. Los fados. No hace falta que sea un destino exclusivamente
ciclista en nuestra escapada, pero siempre podemos sacar tiempo para
un par de salidas en bici, no créeis?