El Puy de Dôme es una de las más míticas cimas, no solo del Macizo Central, sino de Francia entera. Con sus 1.465 metros de altitud, tiene todo lo que se le puede pedir a una montaña: una historia plagada de gestas ciclistas, una extrema dureza, y un paisaje bellísimo (ver foto). Sobre su extrema dureza, los números no engañan: los últimos 4,5 kilómetros tienen un desnivel medio del 12%, e incluye una impresionante rampa de 700 metros al 15,6%. Podeis ver su altimetría detallada en el siguiente link: http://www.salite.ch/puy.htm
Como decía es también una cima con historia, no en vano fue ascendida por primera vez en el Tour de Francia el año 1952, igual que Alpe d'Huez, y ambas ascensiones con victoria del gran campionissimo Fausto Coppi. Es por tanto un lugar que Italia entera adora. Sin embargo, el Puy de Dôme, si por un país se decanta es por España. Ha sido testigo de numerosas victorias de los nuestros; Bahamontes, Julio Jiménez, Ocaña (en 2 ocasiones) y Angel Arroyo: 5 victorias de un total de 12 finales de etapa en el Tour de Francia.
En el año 1959, en la cronoescalada del Puy de Dôme, Federico Martín Bahamontes, a la postre vencedor del Tour, superó en un minuto y medio a Charly Gaul y, en casi cuatro, a Jaques Anquetil, el mejor ciclista de la época. Su exhibición dio la vuelta al mundo. En tan sólo 12 kilómetros dejó a sus rivales fuera de juego.
El año 1964 el Puy de Dôme fue escenario de un doblete español en una jornada histórica, no tan solo por la victoria de Julio Jiménez y el segundo lugar de Bahamamontes, sino especialmente por el duelo que mantuvieron Anquetil y Poulidor (el legendario Poupou, eterno segundo). Aquel día estuvo a punto de cambiar la historia. Poulidor, tras un mano a mano espectacular con su rival, los dos solos ascendiendo el Puy de Dôme, dejó a Anquetil, aunque sólo pudo quitarle 43 segundos, en lugar de los 57 que necesitaba. Por 14 segundos no pudo vestir el maillot amarillo. Nunca lo conseguiría.
Los 70 fueron años en que el Tour se acercó muy a menudo al Puy de Dôme. Hasta 5 veces se llegó hasta su cima, en dos de las cuales venció el español de Mont de Marsan, Luis Ocaña. La más recordada es la de 1971, en que Ocaña y Thevenet descolgaron al super-favorito Eddy Merckx, en lo que sería sólo un pequeño avance de la debacle de Merckx unos días después en Orcieres Merlette. Unicamente la famosa caída de Ocaña en el col de Mente (Pirineos) pudo alejarlo del Tour de 1971.
En 1975 venció el pequeño belga Lucien Van Impe, aunque en esta ocasión el protagonismo se lo llevó de nuevo Eddy Merckx que definitivamente no podrá recordar el Puy de Dôme como una de sus cimas favoritas. Un desalmado le soltó un puñetazo en el hígado en plena ascensión. La rivalidad con el francés Thevenet puso a los aficionados en su contra.
Tras dos victorias del holandés Joop Zoetemelk, en 1983 se produjo otro doblete histórico para nuestro país, con Angel Arroyo y Pedro Delgado. Fue un Tour histórico para España. Tras muchos años sin ningún protagonismo español, el joven equipo Reynolds acudió al Tour plagado de gente joven, entre los que destacaba un tal Pedro Delgado, que desde la primera etapa de montaña demostró que su carrera sería el Tour de Francia. Entre él y el más veterano Angel Arroyo consiguieron que España volviera a vibrar con el Tour como desde la época de Ocaña no se conseguía. La imagen corresponde a las rampas finales de la cronoescalada al Puy de Dôme.
Incluso el hecho de que durante los últimos años no haya sido ascendido en el Tour de Francia ayuda en gran manera a mantener vivo el mito del Puy de Dôme. Desde 1988, el año en que Delgado ganó el Tour, no se ha ascendido más. Los problemas que comporta el hecho de tratarse de una carretera tan estrecha, con un desnivel tan pronunciado, han obligado al Tour a pasar de largo. Esperemos que no por mucho tiempo.
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