Hacía tiempo que quería visitar esta subida, relativamente cerca de "mis dominios" y de hecho en la Cataluña Norte. Las noticias que tenía sobre ella procedían básicamente del Brevet International du Grimpeur (B.I.G.), o Diploma internacional del Escalador.
Las informaciones que me llegaban de ahí indicaban que había desniveles superiores al 20% y, aunque no se trata de una subida excesivamente conocida supone un verdadero reto para cualquiera. Concretamente su último kilómetro me asustaba tremendamente. Su porcentaje medio se suponía que era al 15%!!!
La ruta lógica desde España hasta Banyuls sur Mer, localidad donde se inicia la ascensión, es por la preciosa carretera Nacional 260, que bordeando la costa desde Llança llega a Francia por Cerbere, tras una sucesión de duros repechos, o más bien puertos propiamente dichos, como el Col de Sastre (202 m.) y el col de Belitres (170 m.). El único inconveniente que tiene esta carretera es que no tiene arcén y se hace complicado convivir con el numeroso tráfico que se genera en esta nacional. Como contrapartida, las vistas sobre el cabo de Creus, en España, y sobre la Costa Roja, ya en Francia, son espectaculares.
Llegando a Banyuls sur Mer ya se divisa la Tour de Madeloc, majestuosa, que con sus 657 metros de altitud ciertamente intimida al ciclista que pretende escalarla. Una vez llegados al pueblo, las indicaciones son muy claras y no hay posibilidad de pérdida, aunque siempre podemos detenernos en la Oficina de Turismo para hacernos con algún mapa o simplemente para asegurarnos de la ruta a seguir. Precisamente ahí comprobé que se celebra a mediados de Agosto una carrera a pie que asciende a la Tour de Madeloc por camino de montaña, en 17,5 kilómetros, pasando también por la Capilla de Notre Dame de La Salette, que comparte itinerario con nuestra protagonista en sus primeros kilómetros.
Por la explicado hasta el momento cabe recalcar que la vertiente analizada es la sur, existiendo otra vertiente por la cara norte, hasta llegar al último terrible kilómetro que es común, y por tanto la única manera de llegar a la torre.
La ruta está bastante bien asfaltada y se puede hacer perfectamente con la bicicleta de carretera siempre, eso sí, que llevemos el desarrollo adecuado. En caso contrario, será imposible llevar a cabo la ascensión. Los primeros cinco kilómetros de ascensión se empiezan a hacer duros, aunque tienen desniveles bastante "soportables", concretamente del 7%, 5%, 6,3%, 7,1% y 6%. Posteriormente hay un par de kilómetros de descanso relativo (al 4,2% y 2,3%). Tras este último kilómetro las cosas se complican ligeramente, puesto que la carretera se estrecha y el desnivel asciende al 8,4%. De todas formas, la torre sigue estando muy arriba y solamente debería quedar un kilómetro.... Aproximadamente al final de este octavo kilómetro encontramos el desvío a la izquierda que dirige a la Tour de Madeloc. La carretera continua recto y si la seguimos bajaremos por la vertiente norte. Pero hemos venido a subir hasta arriba y no nos vamos a quedar ahí...
Eso sí, a partir del desvío ya es imposible seguir con el coche (entre otras cosas, por eso la foto me la tuvieron que hacer en ese último desvío), puesto que nos encontramos con la indicación de Prohibido circular, excepto vehículos de servicio.
Los primeros metros tras el desvío son bastante llevaderos pero es una vez pasada la última edificación en ruinas que nos encontraremos cuando una curva a derecha deja ante nuestra vista un tremendo muro que me recordó (para que os hagáis a la idea), el último muro del 22% de Peña Cabarga. Esa misma sensación de carretera que lleva al fin del mundo, puesto que el desnivel y la proximidad de la cima solo te permite ver el cielo al final de muro... Las curvas a izquierda son mucho más pedaleables, pero hasta 4 veces las curvas a derecha nos dejan ante impresionantes paredones.
Cerca de la cumbre, encontraremos una barrera que se puede levantar fácilmente, pero que nos hará descender de la bicicleta, si es que no lo hemos hecho con anterioridad. A partir de ahí, únicamente unos 200 metros, todavía en dura subida, y alcanzaremos la base de la Torre.
La vista desde la cima es impresionante: hacia el oeste un árido macizo montañoso que corresponde a la Sierra de la Albera (los últimos vestigios de los Pirineos orientales) y mirando hacia el mar, desde semejante atalaya podemos observar los lagos que caracterizan esta zona de la costa francesa.
Si la subida es escalofriante, la bajada es peligrosísima por la desmesurada inclinación de la carretera, su tremenda estrechez y la falta de protecciones o guardarraíles en una carretera literalmente escarbada en la ladera de la montaña. También encontramos gravilla en algunas curvas. Bajar encima de la bici supone no permitir que ésta acelere lo más mínimo, manteniendo el freno trasero pulsado a tope permanentemente. Personalmente debo decir que un par de tramos los bajé a pie... Y eso que no soplaba el viento con fuerza, pero cabe recordar que en esta zona, como en el el Empordà catalán, sopla frecuentemente la tramontana, un viento violentísimo que caso de encontrarlo hace imposible ir sobre la bicicleta.
En total, pues, 9,2 kilómetros a un desnivel medio del 6,78%, pero en absoluto constante, como habéis podido comprobar.
La mala noticia de esta subida es básicamente que es imposible albergar un final de etapa de un vuelta profesional. No solo por la estrechez de la calzada en su tramo final, sino por la falta material de espacio para albergar toda la infraestructura que conlleva una vuelta (o la infraestructura mínima necesaria). Unicamente hay una pequeña explanada antes de la última barrera, pero de dimensiones reducidísimas. Una vez arriba del todo, en la torre, el espacio es el justo para alojar un par de coches que se han saltado a la torera las indicaciones de los carteles...
En resumen, una escalada super-recomendable para los amantes de las emociones intensas y que estén en plena forma. El último kilómetro de la Tour de Madeloc supone un verdadero desafío sólo al alcance de los más fuertes.
Recientemente he sido advertido de otra carretera infernal, también situada en la Cataluña Norte. Se trata de la Abadía de San Martín del Canigó, con un desnivel de 270 metros en un sólo kilómetro, lo que significa un desnivel medio del 27%.......
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