Con la bici en la mochila…
La temporada ya ha empezado y se acercan las marchas y las salidas más esperadas del año. Pero la planificación se ha iniciado unos meses antes, posiblemente un fría mañana de invierno, con la bici recién aparcada y comiendo el bocadillo de tortilla en el bar de siempre. Es el momento de hacer volar la imaginación, pensar en puertos por descubrir, en las mejores marchas del continente, aunque… puestos a desplazarse tantos kilómetros, ¿por qué no aprovechar y quedarnos unos días por allí? ¿Cuántas veces hemos querido hacer esa escapada a subir puertos míticos en los Pirineos o en los Alpes? Este artículo es simplemente una pequeña ayuda para que os decidáis a hacer esa escapada de una vez por todas. Qué mejor motivación para salir a entrenar un día lluvioso que tener en el horizonte esa salida espectacular que hace tiempo estábamos esperando.
Si no nos queremos complicar la vida, lo mejor para esta salidas es buscar un “campamento base” desde donde montar las etapas, con el kilometraje que nos apetezca. Las salidas serán circulares, claro está, con las limitaciones que eso supone en cuanto a la posible repetición de algunos puertos y algunas carreteras. Eso sí, la opción de un único lugar de alojamiento puede permitir obtener mejores precios en el hotel donde pidamos presupuesto. Y también supone un ahorro en gasolina, claro está.
Pero la verdad es que si hacemos una salida muy especial, a una zona que posiblemente no vamos a volver a visitar, sabe muy mal repetir puertos o quedarse a pocos kilómetros de otros puertos míticos… Además, nunca puede descartarse una tormenta repentina, una avería mecánica o cualquier otro imprevisto que pueda obligar a alguno de nosotros subir a un vehículo acompañante. Tener uno cerca, con recambios, con ropa de abrigo, con avituallamientos, y con lo que haga falta, otorga un plus de calidad a la excursión, no hay duda. Le resta espíritu de aventura, admitámoslo, pero personalmente prefiero la aventura de subir todos los puertos previstos a otro tipo de aventuras como hacer 30 kilómetros andando con la bici a cuestas por avería.
O sea que casi sin darnos cuenta ya hemos llegado a la conclusión de “complicarnos la vida”. La ruta no será circular, y llevaremos vehículos acompañantes. Ahí surge la siguiente incógnita, autobús (si el grupo se prevé numeroso) o bien furgoneta. La experiencia nos dice que la elección de furgoneta es ideal, aunque está claro que complica (y encarece) todavía un poco más la logística. Porque, claro, necesitamos chóferes para llevar los coches mientras nosotros vamos en bicicleta.
Aunque, ya puestos, vamos a intentar aprovechar la figura del chofer… Podemos pedirle que se encargue también de los avituallamientos, no estaría de más que supiera de mecánica, y así poder echar una mano en caso de avería. Bueno, pues resulta que el/los chofer/chóferes vienen a trabajar… Por tanto, para “enganchar” a acompañantes de esas características podemos utilizar un recurso que es abaratarles el precio, ¿qué os parece el 50% del precio que paguen los demás? A ellos les parecerá fenomenal…
El “libro de ruta” es muy importante haberlo diseñado con sumo cuidado. Los kilometrajes y las dificultades deben ser adecuados al grupo… o para ser más exactos a la sección del grupo que no anda tan rápido. No hace falta decir que un factor a considerar es la homogeneidad del grupo. Está claro que el hecho de llevar coches acompañantes facilita que haya varios subgrupos y que cada uno de ellos pueda funcionar casi de forma autónoma, pero siempre es preferible que las esperas en la cima de los puertos no sean demasiado prolongadas entre grupo y grupo. Aunque la ruta la hagamos en verano, a más de 2.000 metros puede hacer bastante frío.
Para diseñar la ruta a realizar hay que sentarse con tranquilidad delante del mapa y situar los puertos “objetivo”. Es uno de los momentos “mágicos” de la excursión. De repente, el círculo se va cuadrando y las rutas van enlazando los puertos previstos. Observar los recorridos que se han hecho en carreras profesionales de la zona también nos puede ayudar a elegir buenas rutas. Posiblemente descubriremos alguna carretera escondida que no aparecía en los mapas o nos daremos cuenta de que era más factible de lo que parecía empalmar ese par de puertos que habíamos seleccionado. Si el grupo finalmente no es demasiado homogéneo, se puede pensar en hacer opcionalmente alguna subida sin salida, para aquellos más “cañeros”. Posiblemente dos puertos por día y un tercero opcional puede ser una previsión llena de sentido común.
Sobre el tema comidas, después de varias salidas de estas características, la conclusión es que debemos hacer un buen desayuno y una buena cena. Por tanto es altamente recomendable contratar la media pensión en los hoteles donde nos alojemos. Salir por Europa nos beneficia, ya que los horarios que se estilan, como bien sabéis, son de cenas a partir de las 19,00 horas. Por tanto, y en dependencia de los recorridos y el tiempo previstos, la comida podemos suplirla por unos buenos avituallamientos. Si bien diversos componentes de dicho avituallamiento se pueden traer desde origen en la furgoneta (tipo barritas, embutido, frutos secos, etc.) el pan y la fruta es recomendable comprarlos por la mañana en el lugar donde hayáis dormido. A la que nos hayamos entretenido un poco, no llegaremos muy pronto al hotel, casi con el tiempo justo de hacer unos estiramientos, darnos una buena ducha y bajar a la cena. No está de más que cuando contactéis de buen principio con el hotel le especifiquéis qué tipo de menú vais a querer (¿la típica pasta y carne de segundo, quizás?). Así evitaréis sorpresas de última hora que ya no tienen remedio.
Sobre el alojamiento habréis observado que hemos echado mano de hoteles en lugar de campings, que podría resultar una opción más económica. Esta elección es clave en el importe total de la excursión, como se puede entender, pero hay que considerar que el descanso es muy importante para poder hacer varias etapas de forma consecutiva. No hace falta que sea un cinco estrellas, pero de dormir en un buen colchón a dormir sobre una colchoneta, nuestro rendimiento al día siguiente podría ser muy diferente. Una manera sencilla de abaratar costes es solicitando habitaciones múltiples (triples, cuádruples) que normalmente los hoteles no nos ofrecen. Una opción muy recomendable son los albergues (hostels), donde podemos coger habitaciones múltiples para nosotros sólos. Una página recomendable donde buscar es http://www.hostelworld.com/. Aquí podéis encontrar también hoteles económicos.
A estas alturas se nos está complicando un poco el tema presupuestario. Lo mejor será coger una hoja de cálculo (papel y lápiz vamos) y empezar a calcular por cuánto nos va a salir el viaje. Partamos de un número estimado de participantes. En la columna de gastos tenemos los hoteles (en media pensión, recordad), el alquiler de las furgonetas, la gasolina, los peajes, los avituallamientos (hasta ahí como mínimo, puesto que si se quiere hacer una camiseta o un maillot conmemorativo, alguna excursión turística, todo eso habrá que sumarlo también). En la columna de los ingresos tendremos únicamente las contribuciones de los participantes, a no ser que se consiga financiación extraordinaria. Dependiendo de la envergadura de la expedición y de los contactos de cada uno se puede intentar conseguir sponsors que aporten ciertas cantidades económicas que ayuden a la viabilidad del proyecto. De las Instituciones públicas casi nos podemos olvidar, y lo más factible es encontrar apoyo en el propio club. A partir de ahí, la habilidad de cada uno y sus contactos pueden ser determinantes…
Bien, ya tenemos algunas cosas claras, por lo menos sobre el papel. Ahora solamente falta saber ese “pequeño detalle” que es el número de componentes de la expedición. Este es un punto sumamente delicado, puesto que una excursión a descubrir puertos puede ser muy tentadora, pero a la que se hace el cálculo de los importes a pagar y hay que tomar decisiones, van desapareciendo voluntarios… También está el tema laboral y familiar, y a veces cuesta saber quién podrá venir y quién finalmente no. Por eso es imprescindible pedir una paga y señal con bastante anticipación. El número de gente que haya pagado será la base sobre la que hacer las reservas a los hoteles, la base sobre la que reservar las furgonetas, etc. En este punto vale la pena destacar que las furgonetas deberían ir llenas para optimizar el gasto. Caso de que con la gente preinscrita no se consiga llenar una segunda o una tercera furgoneta, puede ser recomendable intentar llevar un coche particular y ahorrarnos el alquiler.
Y otra cosa, ésta de Perogrullo, que no se os olvide que hay que llevar las bicis!!! Depende del número final de ciclistas, pero una furgoneta de carga hay que dedicarla casi en exclusiva a las bicis…
Y ahora que ya está todo listo, solamente queda esperar el día de la salida, que no haya incidentes y que las furgonetas se mantengan hasta cierto punto alejadas, no sea que en lo más duro de un puerto tengamos la tentación de subirnos a ella…
La temporada ya ha empezado y se acercan las marchas y las salidas más esperadas del año. Pero la planificación se ha iniciado unos meses antes, posiblemente un fría mañana de invierno, con la bici recién aparcada y comiendo el bocadillo de tortilla en el bar de siempre. Es el momento de hacer volar la imaginación, pensar en puertos por descubrir, en las mejores marchas del continente, aunque… puestos a desplazarse tantos kilómetros, ¿por qué no aprovechar y quedarnos unos días por allí? ¿Cuántas veces hemos querido hacer esa escapada a subir puertos míticos en los Pirineos o en los Alpes? Este artículo es simplemente una pequeña ayuda para que os decidáis a hacer esa escapada de una vez por todas. Qué mejor motivación para salir a entrenar un día lluvioso que tener en el horizonte esa salida espectacular que hace tiempo estábamos esperando.
Si no nos queremos complicar la vida, lo mejor para esta salidas es buscar un “campamento base” desde donde montar las etapas, con el kilometraje que nos apetezca. Las salidas serán circulares, claro está, con las limitaciones que eso supone en cuanto a la posible repetición de algunos puertos y algunas carreteras. Eso sí, la opción de un único lugar de alojamiento puede permitir obtener mejores precios en el hotel donde pidamos presupuesto. Y también supone un ahorro en gasolina, claro está.
Pero la verdad es que si hacemos una salida muy especial, a una zona que posiblemente no vamos a volver a visitar, sabe muy mal repetir puertos o quedarse a pocos kilómetros de otros puertos míticos… Además, nunca puede descartarse una tormenta repentina, una avería mecánica o cualquier otro imprevisto que pueda obligar a alguno de nosotros subir a un vehículo acompañante. Tener uno cerca, con recambios, con ropa de abrigo, con avituallamientos, y con lo que haga falta, otorga un plus de calidad a la excursión, no hay duda. Le resta espíritu de aventura, admitámoslo, pero personalmente prefiero la aventura de subir todos los puertos previstos a otro tipo de aventuras como hacer 30 kilómetros andando con la bici a cuestas por avería.
O sea que casi sin darnos cuenta ya hemos llegado a la conclusión de “complicarnos la vida”. La ruta no será circular, y llevaremos vehículos acompañantes. Ahí surge la siguiente incógnita, autobús (si el grupo se prevé numeroso) o bien furgoneta. La experiencia nos dice que la elección de furgoneta es ideal, aunque está claro que complica (y encarece) todavía un poco más la logística. Porque, claro, necesitamos chóferes para llevar los coches mientras nosotros vamos en bicicleta.
Aunque, ya puestos, vamos a intentar aprovechar la figura del chofer… Podemos pedirle que se encargue también de los avituallamientos, no estaría de más que supiera de mecánica, y así poder echar una mano en caso de avería. Bueno, pues resulta que el/los chofer/chóferes vienen a trabajar… Por tanto, para “enganchar” a acompañantes de esas características podemos utilizar un recurso que es abaratarles el precio, ¿qué os parece el 50% del precio que paguen los demás? A ellos les parecerá fenomenal…
El “libro de ruta” es muy importante haberlo diseñado con sumo cuidado. Los kilometrajes y las dificultades deben ser adecuados al grupo… o para ser más exactos a la sección del grupo que no anda tan rápido. No hace falta decir que un factor a considerar es la homogeneidad del grupo. Está claro que el hecho de llevar coches acompañantes facilita que haya varios subgrupos y que cada uno de ellos pueda funcionar casi de forma autónoma, pero siempre es preferible que las esperas en la cima de los puertos no sean demasiado prolongadas entre grupo y grupo. Aunque la ruta la hagamos en verano, a más de 2.000 metros puede hacer bastante frío.
Para diseñar la ruta a realizar hay que sentarse con tranquilidad delante del mapa y situar los puertos “objetivo”. Es uno de los momentos “mágicos” de la excursión. De repente, el círculo se va cuadrando y las rutas van enlazando los puertos previstos. Observar los recorridos que se han hecho en carreras profesionales de la zona también nos puede ayudar a elegir buenas rutas. Posiblemente descubriremos alguna carretera escondida que no aparecía en los mapas o nos daremos cuenta de que era más factible de lo que parecía empalmar ese par de puertos que habíamos seleccionado. Si el grupo finalmente no es demasiado homogéneo, se puede pensar en hacer opcionalmente alguna subida sin salida, para aquellos más “cañeros”. Posiblemente dos puertos por día y un tercero opcional puede ser una previsión llena de sentido común.
Sobre el tema comidas, después de varias salidas de estas características, la conclusión es que debemos hacer un buen desayuno y una buena cena. Por tanto es altamente recomendable contratar la media pensión en los hoteles donde nos alojemos. Salir por Europa nos beneficia, ya que los horarios que se estilan, como bien sabéis, son de cenas a partir de las 19,00 horas. Por tanto, y en dependencia de los recorridos y el tiempo previstos, la comida podemos suplirla por unos buenos avituallamientos. Si bien diversos componentes de dicho avituallamiento se pueden traer desde origen en la furgoneta (tipo barritas, embutido, frutos secos, etc.) el pan y la fruta es recomendable comprarlos por la mañana en el lugar donde hayáis dormido. A la que nos hayamos entretenido un poco, no llegaremos muy pronto al hotel, casi con el tiempo justo de hacer unos estiramientos, darnos una buena ducha y bajar a la cena. No está de más que cuando contactéis de buen principio con el hotel le especifiquéis qué tipo de menú vais a querer (¿la típica pasta y carne de segundo, quizás?). Así evitaréis sorpresas de última hora que ya no tienen remedio.
Sobre el alojamiento habréis observado que hemos echado mano de hoteles en lugar de campings, que podría resultar una opción más económica. Esta elección es clave en el importe total de la excursión, como se puede entender, pero hay que considerar que el descanso es muy importante para poder hacer varias etapas de forma consecutiva. No hace falta que sea un cinco estrellas, pero de dormir en un buen colchón a dormir sobre una colchoneta, nuestro rendimiento al día siguiente podría ser muy diferente. Una manera sencilla de abaratar costes es solicitando habitaciones múltiples (triples, cuádruples) que normalmente los hoteles no nos ofrecen. Una opción muy recomendable son los albergues (hostels), donde podemos coger habitaciones múltiples para nosotros sólos. Una página recomendable donde buscar es http://www.hostelworld.com/. Aquí podéis encontrar también hoteles económicos.
A estas alturas se nos está complicando un poco el tema presupuestario. Lo mejor será coger una hoja de cálculo (papel y lápiz vamos) y empezar a calcular por cuánto nos va a salir el viaje. Partamos de un número estimado de participantes. En la columna de gastos tenemos los hoteles (en media pensión, recordad), el alquiler de las furgonetas, la gasolina, los peajes, los avituallamientos (hasta ahí como mínimo, puesto que si se quiere hacer una camiseta o un maillot conmemorativo, alguna excursión turística, todo eso habrá que sumarlo también). En la columna de los ingresos tendremos únicamente las contribuciones de los participantes, a no ser que se consiga financiación extraordinaria. Dependiendo de la envergadura de la expedición y de los contactos de cada uno se puede intentar conseguir sponsors que aporten ciertas cantidades económicas que ayuden a la viabilidad del proyecto. De las Instituciones públicas casi nos podemos olvidar, y lo más factible es encontrar apoyo en el propio club. A partir de ahí, la habilidad de cada uno y sus contactos pueden ser determinantes…
Bien, ya tenemos algunas cosas claras, por lo menos sobre el papel. Ahora solamente falta saber ese “pequeño detalle” que es el número de componentes de la expedición. Este es un punto sumamente delicado, puesto que una excursión a descubrir puertos puede ser muy tentadora, pero a la que se hace el cálculo de los importes a pagar y hay que tomar decisiones, van desapareciendo voluntarios… También está el tema laboral y familiar, y a veces cuesta saber quién podrá venir y quién finalmente no. Por eso es imprescindible pedir una paga y señal con bastante anticipación. El número de gente que haya pagado será la base sobre la que hacer las reservas a los hoteles, la base sobre la que reservar las furgonetas, etc. En este punto vale la pena destacar que las furgonetas deberían ir llenas para optimizar el gasto. Caso de que con la gente preinscrita no se consiga llenar una segunda o una tercera furgoneta, puede ser recomendable intentar llevar un coche particular y ahorrarnos el alquiler.
Y otra cosa, ésta de Perogrullo, que no se os olvide que hay que llevar las bicis!!! Depende del número final de ciclistas, pero una furgoneta de carga hay que dedicarla casi en exclusiva a las bicis…
Y ahora que ya está todo listo, solamente queda esperar el día de la salida, que no haya incidentes y que las furgonetas se mantengan hasta cierto punto alejadas, no sea que en lo más duro de un puerto tengamos la tentación de subirnos a ella…
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