Aunque uno sea escalador, ¿quién no ha soñado con hacer una contrareloj por equipos al más puro estilo equipo de la ONCE de los años 90? Yo nunca lo había hecho y me apetecía mucho probarlo. Ese era uno de los alicientes que ofrecía participar en el Duatlon por equipos del Prat. Otro era conocer a compañeros de entreno con los que no convivimos demasiado, ya que en las carreras cada uno va a saco y no se espera ni a Cristo, je. Al final sí que hay momentos de comentarios y risas, pero un duatlon por equipos es un buen momento para conocer más a tus compañeros.
En un club como el Cerdanyola Club Hockey, había muchos pretendientes para unas pocas plazas en este Duatlon del Prat. El equipo A, el de los bueno, ese era intocable, con gente corriendo a un ritmo inferior a 3:20 el kilometro. De locos. Para un posible equipo B había mucha gente interesada, y gracias a la diosa fortuna yo me ví pocos días antes como uno de los agraciados. Íbamos a compartir equipo 6 compañeros de club: Alex, David, Eric, José Miguel, Pablo y yo mismo. El ritmo de carrera, preveíamos que sobre los 4 minutos el kilómetro.
Las pretensiones no eran demasiadas, no podíamos competir con los equipos A de cualquier club… La finalidad principal era sobre todo pasarlo bien. También, la convivencia y los ánimos mutuos con los otros dos equipos del club, el equipo de los cracks (David, Christian, Guillem y Dani) y el de las chicas (Silvia, Natalia, Virginia y Laura).
La previsión de salida a las 10,00 se ve retrasada y nosotros debíamos salir como a las 11,00. Total, que un solete más que agradable y, al contrario que las últimas competiciones en Granollers (Mitja y Duatló en el Circuito), nada de frío. Ni los guantes.
Es la hora. Le toca al número 65. Salimos ya. José Miguel y Pablo van sobrados y yo tampoco me encuentro mal del todo en el primer tramo a pie. Corremos a un ritmo de 4:15 muy bien y muy conjuntados. La transición la hacemos realmente lenta, las bicis están tan juntas que nos estorbamos: los cascos, las botas... un follón.
El tramo en bici se compone de dos vueltas a un circuito básicamente llano de 10 km con dos giros de 180 grados. Nada complicado, muy rápido, se trata de rodar y rodar. En la primera vuelta vamos dando algunos relevos vigilando que no se retrase Erik, el más joven al lado de cinco cuarentones, que es el que va un poco más justo. Dejamos a un lado una caída con mala pinta en dirección contraria. Hay que tener cuidado de no hacer el afilador, y también en las rotondas. Y en los adelantamientos: en un momento dado nos encontramos cuatro equipos en el mismo instante, nosotros adelantábamos un equipo más lento y a su vez nos adelantaban a nosotros (ni nos habíamos dado cuenta), mientras en dirección contraria venía otro equipo. Hay que tener los ojos bien abiertos.
En la segunda vuelta las cosas se van poniendo en su sitio, y José Miguel y Pablo demuestran que son los más fuertes. Prácticamente no les damos un relevo, van muy rápido: Erik lo empieza a pasar mal y se descuelga por momentos. A todo esto vamos muy parejos con otro equipo al que vamos adelantando y ellos hacen lo mismo con nosotros. Hay que mantener 25 metros de distancia, los árbitros vigilan y van avisando todo el tiempo. Llegando al final las fuerzas de Erik se acaban y hay que esperar un poco. Nuestros rivales se alejan.
De nuevo en la transición, nos calzamos otra vez las bambas y a por los últimos 2,5 kilómetros, dos vueltas al circuito. En la primera todavía intentamos mantenernos juntos. Puntúa el cuatro clasificado pero hemos intentado mantener el equipo de 6 hasta el final. Sin embargo en la última vuelta se acaba el sufrimiento para Eric y se deja ir. Entraremos en 1:17: 30 en una más que discreta 73ª posición, pero más que contentos con la experiencia y un poco más amigos.
Una vez finalizado nuestro duatlon, se trata de ver a los compañeros. Las chicas ya han terminado y nuestro equipo A está en plena competición. Los vemos cómo llegan a la transición y esperamos su regreso para animarlos con fuerza. Sin embargo el tiempo pasa y ellos no aparecen. Algo ha pasado. En efecto, Guillem ha caído y las esperanzas de una buena clasificación se han ido por tierra... Otra vez será.