(Publicado en el n.52 de la revista Pedalier)
Esta es la historia de dos puertos pirenaicos que se han hecho famosos por dos caídas.
No son puertos especialmente duros, ni especialmente altos. Son dos puertos que se enlazan uno tras otro en una típica etapa pirenaica de Tour. Casartelli y Ocaña. Dos corredores de final trágico. Uno muy joven, Casartelli, murió sobre el asfalto de Portet d’Aspet en el Tour de 1995, Ocaña sobrevivió a la caída del Tour de 1971 en Col de Mente, pero ese Tour, que debió haber ganado, se le escapó de las manos por culpa de la caída. La tragedia le esperaba en forma de suicidio el año 1994.
En mi experiencia personal, Portet d’Aspet fue el principio de todo. El primer puerto de la primera etapa de mi primera excursión a la búsqueda de puertos famosos. Después de muchos años de “teórico” de los puertos, de análisis de mapas, de altimetrías, de páginas web, llegó el momento de vivirlo en primera persona.
Era el año 2003 y en el Esport Ciclista Sant Andreu montamos una excursión conjunta con la A.C .Montjuic. Nos juntamos más de 20 ciclistas para hacer tres etapas “de Tour” y celebrar de esta forma el centenario del Tour de Francia (1903-2003). Llegamos a Saint Girons en autocar y al día siguiente teníamos una etapa con Portet d’Aspet, Col de Mente, Portillon y Superbagneres de postre para los más fuertes.
Siendo tanta gente en el primer puerto un grupo grande se despistó y pasó de largo el desvío para Portet d’Aspet. El resto, coronamos, hicimos la foto de rigor y bajamos un par de kilómetros con mucha pendiente (hasta el 17% según las señales de tráfico) hasta el monumento a Casartelli, uno de los momentos más emocionantes de toda la excursión cicloturista por los Pirineos. Yo sufría por si tendríamos tiempo de parar y dedicarle el tiempo que merece un tesoro cicloturista como ese, pero en realidad el tiempo que pudimos dedicarle fue más que el necesario porque los compañeros extraviados tardaron un buen rato en coger la ruta buena, subir el Portet y encontrarnos. Luego siguió Col de Mente y el resto ya todos juntos. Fue un día largo que acabó en Superbagneres en ese extraño macrohotel de vistas acojonantes.
Después de Pirineos 2003, vino Alpes 2004, Dolomitas 2005, Flandes 2006, Valonia 2007, Barcelona-Tourmalet 2007, Alpes 2008, San Remo 2009, Alpes 2010, Dolomitas 2011 y por fin Suiza 2012. Pero todo empezó en Saint Girons, y en Portet d’Aspet...
Portet d’Aspet
El Col de Portet d'Aspet se ascendió por primera vez en el Tour de Francia en la edición de 1910, y ha aparecido regularmente desde entonces. Las caídas han acompañado sus apariciones en el Tour (y en Tour del Porvenir) y una de las primeras fue la de Raymond Poulidor, que en el Tour de 1973 tuvo que abandonar por una caída en el Portet d’Aspet que casi le cuesta la vida. Eso le impidió dar la réplica a un intratable Ocaña.
Pero el día que esta ascensión pasó a la historia negra del Tour fue el 18 de Julio de 1995, cuando encontró la muerte el campeón olímpico en Barcelona 92, Fabio Casartelli. La etapa reina del Tour 95 (Sant Girons-Cauterets Pont d'Espagne de 207 km .) iba a ser una crónica negra. Nada importaba ya desde lo que ocurrió en el kilómetro 34. Bajando el Portet d'Aspet se produce una caída. Allí perdía la vida el italiano Fabio Casartelli. "He visto durante 5 minutos a Fabio morir delante de mí", decía entre lágrimas Johan Museeuw, que fue otra de las victimas de la caída. Perini, Breukink, Baldinger y Dante Rezze también se vieron involucrados. Este último, cayó a un barranco de más de 10 metros . "Estábamos en pleno descenso. Ibamos muy rápidos. Bajábamos en fila india cuando ocurrió la caída en una curva. Quise tirarme a tierra, pero estaba situado en mal sitio y no pude evitar ir directo contra el mojón. Salté de cabeza al barranco en una caída de unos 12 metros ... Abajo había piedras. Mi cabeza chocó con ellas y me herí por todo el cuerpo, aunque el desgarro más fuerte me lo hice en la pierna... Cuando bajaron a ayudarme y me levanté me hicieron más daño que otra cosa. Tardé una media hora en subir a la carretera. Intentaron llevarme en brazos, izarme con una cuerda... Cuando me montaron en la ambulancia pregunté por qué no nos íbamos. Me dijeron que un ciclista estaba siendo evacuado en helicóptero y pensé que tenía que ser grave. Me dijeron que estaba en coma y pensé en que podría haber sido yo".
Aunque Casartelli estaba acostumbrado a usar casco (por aquel entonces no era obligatorio), dos factores podrían haber conducido a su decisión de no utilizarlo cuando comenzó el descenso del Portet d'Aspet. El primero era el calor extremo en los Pirineos. El segundo era que tras un descenso corto como el Portet d'Aspet estaba la subida al col de Mente. Y quizás Fabio pensó que por unos minutos no valía la pena usar el casco. Esa decisión seguramente le costó la vida.
Aquella etapa finalizó con la victoria de Richard Virenque, ajeno a lo que se había producido por detrás. Al día siguiente, en la etapa Tarbes-Pau los corredores no disputaron la etapa en memoria del desaparecido Fabio. Un minuto de silencio en la salida y emoción contenida en la llegada, con los Motorola entrando destacados ocupando todo el ancho de la calzada. Un último adiós para un joven de 24 años, campeón olímpico en ruta en los JJOO de Barcelona que dejó esposa y una hija de pocos meses. Un día más tarde, un jovencísimo Armstrong ganaba en Limoges destacado, señalando con los índices hacia el cielo dedicando con ese gesto la victoria a Casartelli. Mucho antes de su enfermedad Armstrong homenajeaba con su victoria a su ya ex-compañero de equipo.
Unos años más tarde se erigió el monumento en memoria de Fabio Casartelli en un punto cercano al de su caída, aproximadamente a dos kilómetros de la cima del Portet d'Aspet. Este monumento representa un reloj con tres símbolos: el alfa que representa la fecha de nacimiento de Fabio, los anillos olímpicos que representan su medalla de oro en Barcelona’92 y la omega, que representa la fecha de su muerte.
Todo ello con la inscripción “L’heure s’enfuit, la vie s’arrête, la gloire relui”. (El tiempo vuela, se detiene la vida, la gloria brilla).
Col de Mente
"Los Pirineos contaban con un gran menú de puertos en 1971, la 14ª etapa, entre Revel y Luchon de incluía la subida a los cols de Portet d'Aspet, Mente y Portillon. La ventaja con la que Ocaña llegaba a ellos (7'23" sobre Merckx) se antojaba más que suficiente. Camino de Luchon, el belga lo intentó una y otra vez bajo un sol de justicia que fue la tónica de esa edición. La ascensión del col de Mente, con Fuente escapado, resultó ser una sucesión de demarrajes de Merckx que tuvieron siempre la constestación del líder. El calor era sofocante y la tormenta parecía inevitable. Nada más cruzar la cima, el belga se lanzó a tumba abierta sabedor de que bajaba mejor que el conquense. La tormenta estalló entonces con una virulencia inusitada. La carretera se convirtió entonces en un auténtico río y los corredores, con los frenos inutilizados, trataban de frenar con el pie para evitar las caídas, que sin embargo fueron numerosísimas. Fuente se fue al suelo en numerosísimas ocasiones pero pudo llegar a la meta en solitario.
Merckx se salió en una curva y Ocaña se fue tras él. El belga tuvo que poner en su sitio la cadena de su bicicleta antes de continuar el temerario descenso en el que cayó otras dos veces. Por su parte, Ocaña había roto una rueda y la reemplazó rápidamente por una de De Muer. Cuando iba a salir en persecución del belga, Zoetemelk surgió del manto de granizo que se abatía sobre el Tour y, sin poder girar, siguió en linea recta hasta chocar con él. Ocaña ya estaba inconsciente en el suelo cuando Agostinho siguió el mismo camino y le golpeó. El caos fue total y hasta un motorista de la TVfrancesa cayó sobre los que trataban de auxiliarle.
Fue necesaria una terrible tormenta y un cúmulo de adversidades para conseguir lo que ningún hombre había logrado en ese Tour de 1971: derrotar a Luis Ocaña."
(Ciclismo a Fondo 114, Abril de 1994)
Pero no penséis que la caída de Ocaña ha sido la única en el descenso de col de Mente. En las fotos de la izquierda podréis ver cómo quedó tras caer, en el mismo col de Mente, un jovencísimo Francisco Galdós en el Tour de 1969.
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