(Publicado en el n.55 de la revista Pedalier)
1) Etna. No se trata solamente de subirlo en bici. Sus erupciones han sido innumerables, muchas de ellas desastrosas. Después de la erupción que destruyó Catania en 1669, y de las erupciones de 1971 (que enterró el Observatorio del Etna), 1983 (de la que salvó de milagro el Rifugio Sapienza), 2001-2002 (en que nació un nuevo cráter) y las de 2008, 2010 y 2012, quién sabe cuándo será la próxima y qué magnitud tendrá. Cubierto de nieve en invierno, el frío exterior y el calor que emana de los diversos cráteres forman un contraste que implica algunas zonas altas sin nieve. Los habitantes de la región se han acostumbrado a sus ruidos, a sus fumarolas y a sus lluvias de ceniza, pero para el visitante todo es nuevo. Llegar hasta el cráter por un paisaje lunar, inquietante y oscuro es una experiencia fascinante.
2) Taormina. Su antiguo anfiteatro griego disfruta de una de las ubicaciones más hermosas que existen. Enmarcada por las columnas del escenario está la cima nevada del Monte Etna y más allá el estrecho de Messina y la tierra firme de Italia. Su acústica es igualmente impresionante, y alberga cada verano un festival de arte, cine y música.
3) El Valle de los Templos en Agrigento. El templo de la Concordia es uno de los orgullos del mundo helénico, se trata de uno de los templos griegos mejor conservados en todo el mundo. Y no es el único que destaca en el Valle. Durante el amanecer y el atardecer es particularmente impresionante, y por la noche está iluminado configurando una estampa única.
4) Las Islas Eólicas. Llamadas así en honor a Eolo, dios del viento, se sitúan frente a la costa noreste de Sicilia. Dos de ellas contienen los hermanos menores del Etna, los espectaculares volcanes de Stromboli y Vulcano. Lipari es la isla principal donde se halla la capital, y Panarea es la joya del archipiélago.
5) Siracusa y las Necrópolis rupestres de Pantalica. Declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005. Siracusa fue la principal ciudad griega de la isla, y la necrópolis de Pantalica es una zona con más de 5.000 tumbas que datan desde el siglo XIII al VII a. C.
6) La ciudad tardobarroca de Val di Noto, En 1693 toda la zona resultó gravemente dañada por un enorme terremoto. Las ciudades de la región fueron reconstruidas en lo que vino a ser conocido como estilo Barroco siciliano; lo más destacado es la propia ciudad de Noto, actualmente una atracción turística gracias a su bella arquitectura barroca.
7) Palermo. Capital de la isla, con más de 1 millón de habitantes en toda su área metropolitana. Tiene muchos rincones que merecen ser visitados, cabe destacar la Catedral de Santa Maria la Nuova, y el mercado de La Vucciria. Palermo es el resultado de 25 siglos de tumultuosa historia, y ha acogido numerosas civilizaciones y conquistadores.
8) Villa Romana del Casale. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los cuatro grupos de edificios que componen la mansión se construyeron en el Siglo IV. Durante el Siglo XII un movimiento de tierras la cubrió con diez metros de fango y hasta 1761 no se volvió a saber nada de ella. Las primeras excavaciones se iniciaron en 1881 y, después de períodos de trabajo interrumpidos, en 1951 quedaron al descubierto los cimientos del edificio principal.
10) Gibellina. Está fuera de las rutas turísticas al uso. Gibellina Vecchia es un pueblo que quedó destruido por el terremoto que asoló Sicilia en el año 1968. Se decidió que la reconstrucción de la ciudad se hiciera 20 km distante del pueblo original. Gibellina Vecchia quedó enterrada bajo una capa de cemento en una obra artística inquietante, de dudoso gusto, mientras Gibellina Nuova no es mucho más tranquilizadora. Un ambicioso proyecto artístico que pretendía ser un museo al aire libre quedó a medio construir y las dos Gibellinas son dos ciudades fantasma.
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